Las horas me parecen segundos y el día se pasa en un chasquido de mis dedos, tengo apilados unos cuantos muebles para reciclar -digo reciclar porque lo que yo hago dista mucho de restaurar, podríamos, como mucho decir, acondicionar-.
Lo de hoy es, un antes y después o llámalo DIY si quieres, yo me quedo con la primera que lo define mejor.
Le de hoy es una mesita de esas viejas, que no antiguas, de las que te encuentras en la basura y ni las miras, de las que cuesta abrir los cajones y los tiradores se han roto del uso. Le quería dar un toque shabby y este ha sido el resultado.
Lo primero es retirar los restos de los antiguos tiradores de calamina y tapar los agujeros con un poco de masilla. Lijamos bien toda la mesa y damos imprimación. En este caso he usado una de color negro, la tenía por ahí de una vez que me confundí al comprarla y ya sabéis, no se tira nada. En este caso se ha elegido un color fuerte como este tono de morado, aplicamos cera o baselina en las zonas que luego queremos lijar. Por último una capa de blanco y aplicamos una lija fina para levantar la pintura en las zonas que queramos envejecer.
Un detalle importante son los tiradores, hay que elegirlos bien para darle a la mesita ese toque chic tan buscado.