Por el contrario, en el dormitorio predomina un tono azul oscuro, que junto a la pared de ladrillo principal queda bien acoplado, aportando contraste y haciéndola destacar. Sin embargo en la zona del acceso, resulta algo cargante este color tan oscuro junto al negro de las puertas. Como véis dos colores tan fuertes pueden chocar entre sí, tratando ambos de llevarse el protagonismo de la estancia y dando un resultado bastante desaconsejable, y más para un dormitorio donde se debe buscar una atmósfera relajada que invite a descansar.
Un apartamento de dos estancias, dormitorio y cocina-comedor, que a pesar de sus dimensiones reducidas se intuye que es un hogar cómodo y suficiente para no agobiarse en él.
vía