En este interior, la idea de reducir todo a lo mínimo, permite sintetizar los elementos de la estructura compositiva, extrayendo la esencia del espacio, creando un estupendo lenguaje visual de líneas sencillas y colores puros. Siguiendo el lema ‘menos es más’, no se busca rellenar el espacio al completo, sino ambientarlo con pequeños toques de color y con el mobiliario justo que se necesita para convertir el interior en un lugar cómodo y funcional. Aunque es cierto que yo soy una amante del 100% vintage, como interiorista siempre aconsejo que la mejor opción es la mezcla entre esta estética y una mucho más moderna, creando un mayor contraste para que los elementos vintage destaquen en el conjunto. Como veis lo vintage no suele ser minimalista, y lo minimalista suele asociarse a los muebles de diseño y a los espacios más modernos. Pero en esta ocasión vemos espacios como éste, en una miscelánea que funciona ideal.
El resultado de este interior al final transmite sencillez y sensación de tranquilidad, huyendo de la estética cargada del vintage más convencional.
¡Feliz comienzo de semana a todos!
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