Lo más impactante de esta casa es el contraste entre la caja y el contenido: un edificio londinense de finales del XIX de estética fabril versus un interior limpio y acogedor inundado de luz tanto de día como de noche.
Los recursos para hacer que la luz llegue a cualquier parte de la planta tubular son innumerables. Fíjate en la salida a la terraza. Da la impresión de que vas a pisar agua al salir al jardín y sin embargo, sólo es cristal. Así, la planta inferior excavada para albergar el salón y el estudio también recibe luz natural. Incluso aprovechan el saliente del tejado para proyectar otro lucernario sobre la salida al jardín. ¡De 10!
El salón es todo calidez gracias a las molduras de DM colocadas a uno y otro lado -es el mismo recurso que se ha utilizado en el comedor un párrafo más abajo-. Además, el propietario ha tenido cuidado en reproducir los cuadrados del ventanal de hierro en paredes y puertas unificando toda la casa. En una de las paredes del salón se visualizan películas con pantalla, de ahí que solo tenga un mueble bajo, aunque en mi opinión es perfecto, porque a primera vista incluso parece una chimenea de esas alargadas (¡aja! pues sí, una de esas chimeneas artificiales también hubiese quedado como un guante aquí). El sofá modular es el modelo Charles del gran Citterio, en BBItalia.
La cocina es un espectáculo cosy. No solo por el tipo de madera elegida, tan agradable, sino también por la decisión de forrar toda la pared del mismo material. Creo que este es el punto clave para no sentir la sensación de vacío tan típica de las casas minimalistas y más cuando el espacio es tan alargado y complicado. La estética por supuesto es muy importante aquí, y de ahí la decisión de no poner una campana que rompa el espacio expositor de la pared de madera (… aunque supongo que práctico no debe ser).
En hilera se han colocado las lámparas Gubi Semi Pendant, diseño del 68 de Claus Bonderup y Torsten Thorup, que crearon siendo estudiantes. Los muebles se han forrado con madera de roble de Dinesen enmarcada con listones de acero. El suelo es también roble de esta misma marca danesa.
La cocina comparte espacio con el comedor y con un seudo-salón amueblado con una pequeña daybed de Designers Guild que permite ver la TV colgada enfrente (aunque tampoco esta idea parece muy cómoda).
El comedor es elegante e informal a la vez gracias a los taburetes vintage. La mesa es la Tulip oval de Eero Sarinen, todo un clásico iluminada por la lámpara GT5 de Santa&Cole – otro clásico más reciente-. La textura de la pared y de nuevo, el juego de madera/blanco también intervienen en este espacio para crear ese aspecto acogedor (un par de alfombras mullidas aquí y allá y sería difícil calificar esta casa de minimalista). Todo está pintado en blanco con Flake White de Fire Earth. Es una pintura muy sufrida, especial para cocinas y baños por lo bien que se limpia.
En los dormitorios destaca sobre todo esa preciosidad de contraventanas. Seguro que será un latazo tener que abrir tantas puertas (se podría automatizar??) pero son taaan bonitas que… ¿a quien le importa?:-)
La habitación principal y la de los niños cuentan con elementos de carácter como las camas de hierro o las cómodas antiguas que aportan el puntito de alma a estancias sin apenas color. Cabeceros y cómodas como estos se pueden encontrar fácilmente en anticuarios. Echa un vistazo al Taller de Carola y a Antigüedades el Jueves. En el caso de la habitación de invitados se ha optado por un modelo más low-cost: el modelo Duken de Ikea, consiguiendo un aspecto casi monacal.
¿Y los baños? Siguiendo con la idea de la cocina, el mueble bajolavabo se ha forrado con madera Dinesen, y lo mismo se ha hecho con la bañera de Duravit. ¡Para remojarse y requeterremojarse!. La grifería es de latón sin tratar, diseñada por el dueño de la vivienda. Algo a tener en cuenta, pues el dorado será una de las tendencias en 2016. Pero eso será ya otro capítulo…
Source: Fulham house designed by Ore Studio. Seen at Remodelista. Photography by Rory Gardiner