Cada nuevo año que comienza es una invitación contundente a soñar y planear lo que deseamos para esta nueva etapa. Es el momento ideal para revisar lo logrado el año anterior y definir metas para lograr aquello que tanto anhelamos.
Sin embargo, según las estadísticas solo 8% de las personas logran cumplir con sus resoluciones de Año Nuevo. La energía, inspiración y motivación de comienzo de año se va perdiendo con el correr de las semanas hasta que, si no nos hemos organizado correctamente, desaparecen por completo y aquellas metas quedan, una vez más, en el cajón de los sueños postergados.
Cómo organizarte para lograr tus metas
¿Cómo organizarnos para lograr nuestras resoluciones de Año Nuevo u objetivos anuales?
La primera recomendación básica es tomar lápiz y papel para documentar tu plan. No solamente escribir tus deseos, objetivos y metas sino incluso crear un plan de acción muy concreto, con el paso a paso, trazando el camino a recorrer que te llevará de donde estás a dónde quieres llegar. Una vez que tengas detallados esos pasos, planificar fechas y asignarles el espacio correspondiente en tu calendario o agenda.
La instancia de volcar un plan de acción en un calendario u agenda implica un compromiso concreto en un tiempo determinado. Este poder del compromiso es parte vital del proceso involucrado en lograr lo que nos proponemos. Más aún, el compromiso parte de la creencia de que cada uno crea su propio futuro, despegándonos de la idea de ser víctimas de las circunstancias y, en lugar de ello, haciéndonos cargo de lo que vamos a construir para nosotras, nuestras familias y nuestros negocios o emprendimientos.
Una de las maneras de identificar cuán comprometidas estamos con un objetivo es mirar concretamente las acciones que llevamos a cabo: el cómo nos ponemos en marcha refleja nuestro nivel de compromiso. Elegimos hacer algo que nos acerca a nuestros objetivos en lugar de, por ejemplo, mirar una novela o un programa de televisión. Así, vamos dando pasos concretos para crear ese futuro que deseamos.
LA CLAVE
Al planificar, tenemos que incluir un tiempo para revisar el plan, hacer un seguimiento y ajustar cosas.
El objetivo fundamental de incluir la “Fase de Revisión” en nuestra planificación es evitarnos la angustia que provoca la frustración de planear una y otra vez y sentir ese dejà vú de estar nuevamente planeando lo que ya planeamos pero no cumplimos.
El punto es tener presente de manera periódica estas instancias de revisión y ajustes para luego, replanificar. En la vida, lo único permanente es el cambio y, frente a ello -y a la aceptación de esta dinámica apasionante- es que, en la medida en que tenemos objetivos, metas y planes de acción documentados, podremos apoyarnos en ellos para enfrentar los diferentes desafíos que se vayan presentado, para realizar las correcciones que sean necesarias.
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Y tú, ¿cómo te estás organizando para alcanzar tus metas este año?
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