Si estás buscando un sofá pero no encuentras ningún modelo que termine de convencerte, sigue leyendo porque te voy a descubrir uno de los diseños más emblemáticos de la historia, en lo que a sofás se refiere. Se trata del sofá Chester o Chesterfield, como se le conocía en su origen. Un modelo clásico hasta decir basta, pero que resulta muy versátil. Puedes ponerlo en cualquier habitación, que siempre quedará genial.
El sofá Chester es una de las piezas clásicas en la decoración de aquellos salones británicos del siglo XIX. Era el elemento estrella en los clubes de caballeros londinenses de aquella época, aunque poco después pasó a amueblar los salones de las mansiones de la alta sociedad inglesa.
Sea como sea, se convirtió en un mueble realmente especial, un icono de la decoración que no ha perdido ni una pizca de actualidad en todas estas décadas. Incluirlo hoy en nuestras casas es una idea genial, ya tengas un salón moderno, de estilo industrial o nórdico. Y si no me crees, echa un vistazo a las imágenes del artículo. ¡Verás cómo te enamoras del Chester!
La elegancia de poner un sofá Chester en el salón
No hay un sofá más especial que un Chester. Es tal la fuerza de su diseño, su sofisticación, su esencia clásica, que llama la atención siempre, se encuentre donde se encuentre. Personalmente me encanta cuando amuebla salones diferentes, creando divertidos contrastes.
En un salón de estilo clásico un Chester siempre queda bien, pero personalmente me gusta mucho más cuando aparece en un ambiente de estilo industrial, por ejemplo. O en un salón decorado según la corriente de estilo escandinavo, con sus muebles de madera clara y el blanco como estandarte.
Además, el sofá Chester ha ido evolucionando a lo largo de los años. Así, aunque los primeros modelos eran de piel y solían llevar colores oscuros, en la actualidad los Chester se fabrican también en otro tipo de tejidos y en una gama de colores mucho más amplia.
Este es, sin duda, un signo de cómo un diseño icónico es capaz de reinterpretarse para no quedarse atrás, para adaptarse, sin cambiar su esencia, a los tiempos modernos. El sofá Chester lo ha conseguido de pleno.
Los rasgos que definen un sofá Chester
El primer y más claro rasgo que define a un sofá Chester es el tapizado en capitoné. Tanto es así que es una de sus señas de identidad, quizá la más importante. El Chester lleva un tapizado acolchado, con botones que quedan repartidos por toda la zona del respaldo.
Además, como ya he comentado, solía estar fabricado en piel, aunque esto ha cambiado con el tiempo, y a hora es común ver Chester tapizados en terciopelo o en otros tejidos de tapicería.
El Chester es un sofá de respaldo bajo y, a pesar de ello y de su apariencia, resulta cómodo. Sin embargo, yo creo que su diseño es tan potente, que inspira diferentes sensaciones. Puede que te encante, como es mi caso, o puede que no te guste nada de nada.
Un Chester para cada estilo decorativo
A pesar de tener sus orígenes en el siglo XIX, el sofá Chester es una pieza de hoy. Y, además, un mueble versátil donde los haya, capaz de decorar salones de muy diferentes estilos. Y aunque esto es verdad, siempre hay algunas variaciones en el diseño que pueden mejorar el resultado. Te contamos cómo puedes elegir tu sofá Chester en función del salón donde lo quieras lucir.
Por ejemplo, si tu salón está decorado al más puro estilo nórdico, te quedará de maravilla un sofá Chester tapizado en color blanco, ya sea de piel o de otro tejido. Ya sabes que un sofá blanco queda realmente espectacular, pero tiene el inconveniente de ser delicado y mucho más difícil de limpiar si se mancha. Por eso, quizá no sea una buena idea elegirlo si tienes niños pequeños o mascotas en casa.
Otra sugerencia interesante para elegir tu Chester: ¿te gustan los ambientes de estilo vintage? ¿Quieres completar tu salón con un Chester? Pues elígelo de piel y en algún color emblemático como el verde o el granate. ¡Te quedará de película!
¿Tu salón está decorado con estilo industrial? Elige un Chester negro o gris y acompáñalo de lámparas de hierro del mismo color y sillas de diseño en colores vivos para crear contraste.
Como ves, hay miles de ideas para sacar a este sofá tan especial todo el partido decorativo que tiene, que es muchísimo. El caso es que pongas un sofá Chester en tu salón y lo disfrutes como se merece.
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