Si hay algo imprescindible para poder sacarle partido en verano a las zonas de exterior de tu casa es que exista un espacio de sombra. No hay terraza, patio, piscina o jardín a pleno sol en el que se pueda estar cuando el calor aprieta. Por eso, puede que necesites una pérgola bioclimática. Sigue leyendo y descubre todas sus cualidades.
Bajo la protección de una pérgola bioclimática
Quizás te resulte un poco complicado entender este concepto y en qué se diferencia del resto de pérgolas corrientes que existen. En realidad es muy sencillo. Las pérgolas bioclimáticas están compuestas por una estructura fija de aluminio y por una cubierta de lamas orientables.
En invierno y en verano
Las lamas también se pueden abrir para permitir una ventilación natural cuando hace mucho calor. El grado de apertura puede llegar hasta los 170º, lo que permite una adecuada ventilación del espacio.
En invierno, podemos orientar las lamas para que dejen pasar el máximo de la radiación solar, consiguiendo que la terraza sea un espacio agradable aunque las temperaturas sean bajas.
En definitiva, se trata de un recurso capaz de personalizarse de forma puntual, para lograr el máximo aprovechamiento de la terraza. Así, podrás usarla prácticamente durante todo el año, tanto en invierno como en verano.
Más o menos complejas
Existen también modelos dotados de accionamiento eléctrico, más avanzados. Estos se manejan mediante un interruptor o, incluso, con un mando a distancia. Hay algunas pérgolas que están equipadas con sensores de lluvia o viento. Son capaces de detectar que está empezando a llover y se cierran de forma automática.
Diferentes formas de instalación
Y si prefieres disfrutar de una apertura total de la cubierta, puedes elegir una pérgola bioclimática con lamas retráctiles. Así cuando llegue el invierno podrás recoger por completo las lamas y dejar el espacio abierto.
Materiales, diseños y colores para elegir
Su diseño suele ser moderno y contemporáneo, de líneas rectas. Y aunque son perfectas para espacios modernos, también quedan bien en casas más rústicas. Sobre todo si las elijes en un color apropiado. La gama de colores es tan amplia que siempre es posible conseguir que la pérgola bioclimática se integre bien en un espacio determinado, ya sea una casa o un jardín.
Además de los colores puedes elegir los acabados del aluminio: mate, metalizados, nacarados, con efecto madera, imitación de acero corten, etc. Hay un montón de posibilidades.
Accesorios y complementos que te ayudan
También se pueden instalar sistemas de iluminación LED que permitan usar el espacio por la noche, cuando ha caído el sol. Se colocan en la propia estructura, en los postes o también en las lamas.
Más grandes o más pequeñas, de funcionamiento manual o eléctrico, con luz o sin luz… Sea como sea la pérgola bioclimática que elijas será la solución perfecta para convertir tu calurosa y soleada terraza en un espacio fresco, cómodo y agradable, en el que de gusto estar.
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.