Los recibidores nórdicos desprenden un auréa mágica, una atmosfera envolvente y única que transmite paz y sosiego. Un espacio lleno de luz, de muebles de madera natural y de puro blanco. El placer de recibir al visitante, que se traduce en sosegadas reuniones de amigos o de familia. Demuestra, ya desde la entrada, el encanto y singularidad del estilo escandinavo, la sencillez de su decoración, la pasión por la naturaleza presente en cada detalle.
Unas imágenes con las que os deseo un feliz fin de semana ...
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