Quitar los azulejos de la cocinan es una reforma muy habitual. Los azulejos se desgastan con el tiempo, las juntas se ensucian o, simplemente, pasan de moda, una reforma de este tipo consigue que la cocina cambie de imagen por completo, además, si la reforma se lleva a cabo por una empresa profesional, los resultados son excelentes y se puede llevar a cabo en unos días.
Si estás pensando en reformar la cocina de tu casa y quieres cambiar su aspecto por completo, quitar los azulejos de la cocina es una buena solución.
Razones para quitar los azulejos de la cocina
Los azulejos son la base de la imagen de una cocina, simplemente variando el revestimiento de las paredes conseguimos una cocina totalmente nueva.
A veces el motivo no es solamente estético, en ocasiones se producen desperfectos en las paredes, o la suciedad se acumula, sobre todo en los azulejos más cercanos a la zona donde solemos cocinar, en estos casos también es recomendable cambiar los azulejos.
Cómo se cambian los azulejos de una cocina
El proceso es muy complejo si no contamos con las herramientas necesarias ni tenemos experiencia previa. Es importante que todos los azulejos queden correctamente instalados a la misma altura, si una de las piezas se instala a diferente altura el resultado puede no ser el que esperamos.
Lo primero que hacemos es eliminar la lechada de las juntas, esto permite extraer los azulejos más fácilmente. Elimina toda la lechada, especialmente la más cercana al suelo y a los techos. Es recomendable calentar la lechada para facilitar la extracción, a continuación se retira la unión de las juntas con una herramienta adecuada.
Una vez hemos ablandado y retirado la lechada, procedemos a retirar los azulejos. Normalmente basta con un cincel para hacer palanca, si alguno de los azulejos fuera difícil de extraer se puede romper para facilitar el trabajo.
Una vez hemos retirado los azulejos, es momento de limpiar la pared. Utilizando una espátula normal retiramos los restos de silicona o lechada que hubieran quedado. No es necesario que la pared quede totalmente limpia, pero sí debe quedar regular, para facilitar los pasos siguientes.
Una vez hemos limpiado la pared, llega el momento de colocar los azulejos. Este trabajo suele ser muy complejo, ya que se necesita mucha precisión. Utiliza espaciadores para definir la distancia entre azulejos.
Por último, se aplica la lechada para tapar las juntas y blanquearlas.
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Este artículo es un contenido original del blog de VipReformas.es