Tengo desde hace tiempo un sencillo tablero de madera que encontré
en el trastero de mis padres y que utilizo mucho para las fotografías
del blog, como fondo o bien como sobre de mesa.
Es de madera natural y pensé que si le daba tinte a una de las caras
conseguiría una base más con la que ambientar mis fotografías.
A ello me dispuse con el propósito de utilizar material que tuviera en
casa de manera que la transformación tuviera coste cero.
Podría haber comprado un tinte de madera de los que existen en el
mercado pero me gusta experimentar y participar en los Findes Frugales
de Colorín Colorado, con sus retos low cost/DIY para crear algo lindo.
Buscaba un tono grisáceo que dejara ver la veta original de la madera
y tenía en casa pintura Americana satinada en color Colonial Blue.
Después de poner cinta de carrocero en una de las caras del tablero
con el fin de salvaguardar la misma en su color original, extendí
rápidamente con un pincel la pintura americana rebajada con agua.
Sin dejar que la pintura se secara y ayudada de un viejo estropajo
mojado, fui retirando el exceso de pintura con la esponja y acabé
frotando bien la madera con la parte del estropajo, enjuagando
cada tanto para dejar bien limpio de pintura el tablero que había
ido absorbiendo el color en las vetas.
La cera para patinar madera que tengo en casa lleva betún de judea y, como
no quería oscurecer el acabado del tablero, me decidí a lustrar/proteger la
madera con un spray para limpiar muebles que contiene cera natural.
Y así he conseguido una nueva base para ambientar mis fotografías que
estrené de inmediato montando una sencilla mesa de estilo campestre.
Un brunch ligerito con tosta de anchoas del cantábrico, queso chaumes y
arándanos deshidratados, acompañada de pepino natural y gazpacho.
El pan natural y orgánico es de [H]arina, del que ya no puedo prescindir.
¡Bon appétit!