Llega el otoño y, con él, la época de hacer limpieza general en casa y también en la cocina. Y, a pesar de que estas tareas son necesarias, es importante mantener la limpieza cada día. Hoy te contamos algunos trucos para que consigas limpiar los electrodomésticos sin demasiado esfuerzo y lograr mantenerlos más tiempo como el primer día.
La nevera, la lavadora, el horno, el lavavajillas… Son muchos los electrodomésticos que usamos cada día. Mantenerlos limpios y en buen estado es fundamental para obtener de ellos los mejores resultados, así como para que no se estropeen a la primera de cambio.
Limpiar los electrodomésticos con frecuencia
En el caso del frigorífico, por ejemplo, conviene mantener el interior limpio, eliminando cualquier resto de comida o líquido que pueda derramarse para que no proliferen las bacterias y puedan contaminarse los alimentos. Por eso tendrás que limpiar el interior con una solución de agua jabonosa y una bayeta.
Por otra parte, lo mejor es que observes ciertas pautas a la hora de utilizar la nevera. Nunca metas alimentos calientes ni sobrecargues el frigorífico. Ha de haber una buena circulación del aire en el interior, por lo que no debes pegar los alimentos a las paredes ni entre ellos.
El lavavajillas necesita un mantenimiento constante
Para que funcione correctamente durante muchos años, tendrás que limpiarlo periódicamente. Una o dos veces a la semana pasa una bayeta con detergente por el marco de la puerta y las gomas del interior. También tendrás que desmontar y fregar el filtro y las aspas.
Una vez al mes conviene limpiar a fondo el lavavajillas y los conductos. Existen en el mercado productos para hacerlo, aunque también puedes optar por métodos más naturales y ecológicos. Una receta es programar un lavado largo a máxima temperatura con el aparato vacío y sin detergente. Cuando se haya iniciado el lavado, abre la puerta y vierte dentro un vaso de vinagre. Después ciérralo y deja que termine de lavar. ¡Listo!
La lavadora, siempre a punto
También puedes dejar la puerta abierta para que se seque el tambor. Y, por supuesto, debes sacar y limpiar el filtro frecuentemente con agua caliente y jabón.
Horno sin rastro de grasa
Si tu horno es relativamente moderno, puede que esté equipado con pirólisis. Se trata de una función de autolimpieza mediante la cual el interior del horno alcanza una alta temperatura que desintegra la grasa y la suciedad. Este proceso es eficaz pero has de saber que consume una cantidad considerable de energía.
En cualquier caso, si tu horno no posee esta función de autolimpieza, tendrás que limpiarlo tú. Aunque el mercado te ofrece productos que dicen obrar milagros contra la grasa, lo mejor es emplear ingredientes naturales que son menos contaminantes y obtienen resultados parecidos.
Una receta que resulta bastante efectiva es pulverizar las paredes del horno con una solución de agua y vinagre. O también hacer una pasta con agua, vinagre y bicarbonato sódico y dejarla actuar durante varias horas antes de retirar y aclarar. Estos procedimientos te ayudarán a eliminar la grasa del interior del horno, aunque lo mejor es limpiarlo con frecuencia para que no se acumule la suciedad. Las bandejas y rejillas se friegan con agua caliente y detergente.
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.