Por suerte, existen multitud de opciones para poder conseguir esa protección frente al sol, se tenga el presupuesto que se tenga o tengamos las dimensiones del jardín que tengamos. ¡Te las contamos!
Sombra natural: la más refrescante
No hay nada como la sombra que proporcionan los árboles y algunas plantas, porque no solo tapan con sus ramas los rayos del sol, sino porque también aportan frescura y belleza.En ocasiones los jardines se construyen en torno a árboles ya existentes previamente en el terreno. Suelen ser ejemplares de grandes dimensiones que proporcionan una extraordinaria sombra, como las encinas, pero tienen el inconveniente de que suelen tener grandes raíces que van creciendo y deteriorando todo el suelo colindante.
Si el jardín es de un tamaño normal o pequeño, lo mejor para obtener sombra es plantar árboles de pequeña raíz que no suelen superar los 4-5 metros cuando crecen, como frutales del estilo del limonero o el manzano, así como el arce japonés o enano, con hojas en tonalidades cálidas que vestirán de gala tu jardín, o el magnolio.
Otros aliados naturales a la hora de dotar de sombra son las plantas trepadoras. Las más usadas son la hiedra, la madreselva, el jazmín o la parra. Para que su sombra sea efectiva, conviene dejarlas crecer por encima de una celosía o cenador, creando una capa tupida que bloquee los rayos del sol.
Opciones para obtener sombra de forma artificial
Si con las plantas que tenemos en el jardín o el espacio del que disponemos no nos podemos permitir contar con la sombra fresca de los árboles, existen otras muchas formas de conseguir los deseados rincones de sombra en el jardín:- Sombrillas y parasoles: los hay de tamaños variables y tienen la ventaja de que se pueden desplazar para situarlos donde deseamos. Son perfectos, por ejemplo, para dar sombra a una mesa.
- Toldos: la estructura desde la que sale la tela que conforma el toldo se suele colocar en un lado de la casa, por lo que la sombra que aporta es más limitada. Existe una variedad de toldos conocidos como 'vela', que no necesitan de la estructura del toldo convencional y, por tanto, pueden colocarse en distintas zonas del jardín.
- Porche: es una extensión de la propia casa sin paredes, pero con el techo totalmente cubierto.
- Pérgola: es una estructura de 4 patas, por lo general de madera, con un techo cubierto de vigas separadas entre sí, sobre las que se coloca una tela a modo de toldo para proteger de los rayos del sol. Esta tela se puede sustituir por plantas trepadoras como comentamos en el punto anterior.
- Cenador: la estructura suele ser más básica que la de la pérgola y, mientras la anterior se suele colocar junto a la casa a modo de porche, esta se puede colocar en cualquier parte del jardín. Otra diferencia con la pérgola es que la tela del cenador no solo cubre la parte superior, sino que la tela cae también por lo laterales actuando a modo de cortinas que se pueden retirar o echar dependiendo de la orientación del sol.
Obtener la sombra deseada en el jardín para disfrutarlo a cualquier hora del día es muy fácil con todas las opciones que hay para conseguirlo. ¿Ya has escogido la tuya?
Te esperamos con más consejos en el próximo post de Vivienda Saludable.