La verdad es que siendo realista, en 60 m, para una familia de tres es prácticamente imposible vivir bajo este maravilloso lema que nos dio Mies Van der Rohe. Y de las necesidades de una vivienda real surgen la mayoría de los diy que os ofrezco.
Ya os comenté cuando hice las macetas de cemento que de repente a mi chico le había dado por regalarme plantas y verdaderamente no tenemos mucho espacio para ponerlas. Las tenía apiladas sobre una mesa de rincón, que, al final, ni se veían las plantas, ni la mesa. Y cuando en el suelo no tienes sitio pues el mejor recurso es recurrir a las paredes. Como aquí no tiramos nada, tenía por ahí bailando unas tablas de roble que habían formado parte de un antiguo baúl, siempre vi claro que su destino final iba a ser este pero el cómo aún sin determinar.
Llevaba ya tiempo con la idea de unas baldas colgantes y estas tablas eran perfectas para ello.
Únicamente han necesitado un poco de lija, ya que quería dejarlas tal cual. También he respetado las muescas que tenía la madera, creadas para la unión de lazo y que en su día enlazaba las piezas entre sí.
Algunos de los agujeros ya estaban realizados y también los hemos aprovechado para pasar las cuerdas. Por eso y debido a que las tablas son de diferente tamaño podéis apreciar que las cuerdas quedan un poco inclinadas hacia dentro.
El sistema para crear este tipo de estante no puede ser más sencillo. Los orificios para pasar las cuerdas -estas han de ser resistentes-, una escarpia a la pared y nudos en los extremos, nudos que tendréis que ir rectificando hasta que veáis la balda a nivel, claro que en este paso os vais a volver un poco locos pero el resultado merece la pena.
imágenes TCV
By Sara
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