La bañera de hierro fundido es la protagonista y está situada en el centro de la habitación, frente a la ventana principal (que tiene una vista increíble del exterior), otorgándole profundidad a todo el ambiente.
La paleta de colores seleccionada es muy suave e invita a la relajación, además de dar la sensación de esa época pasada. Los materiales también fueron elegidos especialmente para sentirse como en los viejos tiempos.
Los lavatorios son de época y recuperados. Los espejos fueron realizados con marcos de ventanas viejas y ayudan a reflejar la luz que ingresa por la ventana, otorgándole a este baño una mayor espacialidad.
Cuenta con una pequeña habitación interior donde se situó la zona de aseo. Para los días fríos, funciona una vieja estufa a leña.
Además de la bañera de hierro, se incorporó un sistema de ducha que está enmarcado por unas ventanas antiguas que también fueron utilizadas para crear un armario donde guardar toallas y demás productos de baño.
Fuente: http://www.klikk.no/bolig/levlandlig/article931519.ece