Y así, tras contar hasta tres, aterrizamos en Göteborg (Suecia) para descubrir un piso en versión mini. Sus techos altos y grandes ventanales con nichos profundos inundan las estancias de luz, compenetrándose con el cálido suelo de madera. El rosetón y el estuco de estilo Art Nouveau rompen con la uniformidad del blanco. Las últimas reformas que ha experimentado este piso construido en el año 1903, han conservado estas señales de identidad tan características del siglo pasado.
Sobre esta base, se le añaden detalles decorativos. Un puzzle de cuadros en la pared principal, un mix de cojines en un sofá vestido con una funda, una cama que juega con volúmenes, alfombras para separar rincones y toques en mimbre que añaden calidez. Para equilibrar el espacio, se combinan las líneas rectas con pequeños muebles o accesorios circulares.
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Feliz jueves a todos,
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