Cuando pensamos en una población rural de Suiza nos viene a la mente un pueblecito pintoresco con chalets de madera, con contraventanas llenas de flores, en un valle rodeado de montañas y de picos nevados, como el pueblo de Rougemont, cerca del cual se encuentra, en lo alto de una colina, y con unas vistas panorámicas de infarto, esta casa de madera. Su arquitectura tradicional de las montañas suizas y su interior sofisticado hacen que merezca la pena dar un tour por ella para descubrir los tesoros que esconde.
La madera es la auténtica protagonista de la casa, revisitiendo suelos, techos y paredes, imprimiendo calidez y confort. Arte contemporáneo y trofeos de animales disecados son una constante, junto a magníficas esculturas. Pero lo más llamativo es el techo abuhardillado con vigas de madera y la fantástica visión que se tiene desde el salón, del hall del piso superior bordeado por una barandilla de hierro forjado..
Un detalle que llama la atención entre los tantos que alberga este chalet, son las enorme campanas, tradición en muchas casas suizas, con la fecha de nacimiento impresa de los miembros de la familia. No hay una estancia en la que no te pares un momento a contemplar el buen gusto a la hora de decorar una casa en las montañas, llena de sabor rústico y auténticamente suizo.
Fotografía de Andreas von Einsiede/East News, Fuente: Weranda