Decorar una habitación infantil es siempre algo inspirador y lleno de creatividad e ilusión. Por pequeño que sea el espacio con el que contamos o por tímidos los cambios que vayamos a aplicar dentro de ella, ¡resulta un mundo de color y de alegría que merece la pena disfrutar! Pero vayamos por partes: no es lo mismo decorar una habitación para un bebé que para una niña o un niño de mayor edad. Por ello, vamos a darte herramientas y pistas para ambientar tanto unas como otras; eso sí, siempre teniendo en cuenta el tándem práctica - estética. ¿Te vienes con nosotros?
¿Qué tener en cuenta para la llegada del bebé?
- Un espacio con mucha luz, o toda la posible, que denote paz y confort.
- El tamaño en este caso no es prioritario, ya que tu bebé recién nacido apenas necesitará 4 muebles: cuna, cambiador, cómoda para la ropita...
- Huye de estridencias en colores y estampados. El bebé recién nacido merece calma, a pesar de que su habitación sea estética y confortable.
- Elige una habitación lo más cerca posible a la vuestra.
- Busca tonos suaves y tejidos cariñosos.
- Por supuesto, en la habitación habrá otros pequeños detalles como accesorios, peluches, lámparas... Haz que todo tome forma gracias al empleo de los mismos tonos, ¡así no recargarás la estancia visualmente!
- ¡Se nos olvidaba! Un sillón cómodo, bien para la lactancia, bien para vigilar el sueño de tu bebé o dormir la siesta juntos.
- Trata de colocar los muebles de una forma lógica y práctica, según tus necesidades cuando le saques de la cuna.
- Volviendo a este mueble, rey de reyes en los primeros años de tu bebé, la cuna merece toda la atención del mundo. Muchas familias adquieren la cuna antes que el resto de muebles,
¡puede serviros como pista para el resto!
- ¿Tono de las paredes? Nuestro consejo es que sean lo más cruditas o neutras posibles, para que más tarde no te arrepientas del color que escogiste o bien se te haga muy pesado.
Os mostramos algunas imágenes de cómo se ponen en consonancia todas estas ideas sumadas a un estilo concreto: el nórdico con detalles tiernos y alegres.
¿Y si es un niño o niña más mayorcito?
- Tómate su habitación no solo como su lugar de sueño y de descanso, sino también como un ambiente que crece a la par que lo hace tu hijo y se va transformando para cumplir sus necesidades lúdicas y creativas.
- El espacio de juego se ha venido subestimando en los últimos tiempos; sin embargo, hoy en día queda patente la importancia de que los niños corran, jueguen, pinten, coloreen y hasta se manchen o caigan durante el proceso. ¡Es parte de su desarrollo!
- Ayúdales en este sentido, con muebles y accesorios que fomenten su psicomotricidad a la par que les inviten a soñar. Hoy en día es fácil dar con en ellos en cualquier tienda infantil.
- Los textiles pueden ayudar a que vean el descanso y los ratos de sueño como algo necesario y motivador. Hazte con tejidos cariñosos que inviten a soñar y a formar parte de ese universo paralelo onírico.
- ¿Conoces los tipis? Fabulosas pseudotiendas, tan decorativas como cómodas, que sirven para muchas más actividades: leer cuentos a tus peques, jugar con ellos o contarles historias son algunas de las más atractivas.
- ¿Y qué pasa cuando crecen más y más? Se trata de ir adaptando su habitación. Si tienes poco espacio, utiliza literas: son atemporales, estéticas y muy funcionales, especialmente en habitaciones pequeñas. Un escritorio al lado de la cama y mucha luz, serán tus bazas para que la habitación de tu futuro adolescente triunfe.
¡Voilà! Con todas estas herramientas que hemos intentado ofrecerte, esperamos que puedas decorar la habitación de tus peques con las ideas más claras. Aún así, te dejamos el link al blog de Vivienda Saludable para completar la información.
¡Nos vemos pronto!