La vivienda que visitamos esta semana es una apuesta por la sencillez, por lo natural, por el menos es más. Ubicada al sur de Malmö en un paraje cercano al mar, esta casa es el hogar de una familia sueca que buscaba huir de la tensión de la vida en la ciudad. Sus expectativas se han hecho realidad con este proyecto en el que la naturaleza se convierte en parte de la casa.
La importancia de los materiales y las texturas es evidente. Suelos de terrazo y madera, piedra arenisca y granito en el cuarto de baño, cortinas y ropa de cama en lino, todo ello contribuye a crear una atmósfera relajante y en armonía con el entorno que rodea la vivienda.
Los armarios de madera y las grandes puertas, ambos elementos realizados de forma artesanal, conviven con objetos de diseño de mediados del siglo XX. En el comedor, la lámpara bola de nieve de Poulsen ilumina una mesa redonda rodeada de sillas wishbone en madera de roble.
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