Sus dueños siempre han querido una cabaña de madera, en un estilo típico de montaña, con chimenea de ladrillo, aunque cuando encontraron este pequeño reducto de paz, buscaban algo más ligero, y esta casa tan blanca era perfecta. Una paredes en gris que combinan a la perfección con la calidez del solado de madera. Construida con la tecnología típica noruega robusta para un clima riguroso. Se construyó a base de tablones especialmente diseñados y sazonado de árboles siberianos. Tiene una masa de ventanas que abren cómodamente al exterior, por lo que entra una gran cantidad de luz,tan necesaria en ciudades del norte, donde siempre excasea.
Como fan del estilo vintage y de los materiales como la madera, naturales y reciclados, esta vivienda recoge un poco de todo ello. Un espacio cálido, moderno, elegante y muy luminoso. Un estilo propio que alterna mobiliario de firma de diseño con piezas asequibles. Las estancias son amplias y despejadas y el salón, el comedor y la cocina, comparten el mismo espacio, creando un único "estar" de vivienda en la zona de uso público y vinculados visualmente entre sí. La luz fluye sin problemas.
Fotografías [] Michael Skorupski
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