Se avecinan cambios en casa. Muchos me diréis que el cambio ya lo tengo entre las manos pero es que todavía vamos a ir un paso más allá. Este nuevo miembro de la familia hace que las necesidades en casa hayan cambiado.
Si el otro día hablábamos del almacenamiento en casa era por la sencilla razón de que ya hemos empezado a darle vueltas al tema. Como os digo, las necesidades de una vivienda a lo largo de vida de sus habitantes.
Hace unas semanas os contaba en Instagram que nos habíamos planteado cambiar de casa.
Ese cambio se ha paralizado por causas personales y de manera indefinida, así que toca adaptarse a las nuevas circunstancias.
El hecho es que ahora mismo somos cuatro en casa, o tres y medio porque Bruno la verdad es que no come pan el pobre.
LOS 3 CAMBIOS QUE NECESITAS
Si Bruno hubiera sido niña la cosa quizás sería más sencilla. Lo que está claro es que van al tener que compartir habitación.
Que levante la mano en que no lo haya hecho toda su vida con sus hermanos.
La habitación infantil de Naia es una conejera. Bendito arquitecto que la diseñó. Así que hemos pensado pasarnos nosotros a ella.
Un poco incómodo la cama contra la pared. Tal y como está realizada ahora la distribución y teniendo en cuenta que el armario lo vamos a mantener, es la única opción. La realidad es que en una habitación no hacemos vida así el espacio en esta estancia es prescindible.
Es importante hacer un análisis de las necesidades y de cuales son la cosas que quieres mantener.
En la habitación de los niños pondremos unas literas abatibles para que quede espacio, zona de juegos y rincón de estudio.
Tenemos dos baños en casa, así que cuando Bruno sea algo más mayor y ya no use la bañera crearemos sobre ella un armario a medida. De esta forma no eliminas la bañera y los cambios se pueden revertir con el tiempo.
Otra opción que barajamos, es crear en el baño que está junto a las habitaciones un vestidor, pero esto último nos gusta menos. Se puede realizar sin obras y sin necesidad de anular las tomas de agua. Sólo habría que retirar los sanitarios.
En el salón, lo primero es pintar. Literalmente, odio el color de mi pared. Le tengo una manía horrible, tanto que estado embarazada de Bruno ya amagué en pintarla, aunque al final la barriga pudo más que la pared.
Estas son las tres ideas principales. Sin necesidad de obras y sin tener que hacer una gran inversión de dinero.
IMÁGENES TCV