Nunca volverás a perder una bolsa de zanahorias en el fondo del cajón de las verduras.
Todos hemos llegado a la parte trasera de la nevera y nos hemos encontrado con algo líquido que sale de un alimento que habíamos dejado olvidado durante semanas en nuestra nevera.
Os vamos a dar unas reglas para que esto no vuelva a ocurrir, para mantener un frigorífico en orden y para que podamos ahorrar dinero sin tener que tirar tantos alimentos en mal estado a la basura.
1. Maximizar el espacio en las estanterías.
Una opción es no dejar las latas de refrescos sin abrir en el frigorífico, sino que que estos productos, al no ser perecederos, se tienen porque estar en frió, se pueden guardar en la despensa y se pueden refrescar con hielo cuando sintamos deseos de tomarnos una bebida fría.
Nevera ordenada
2. Colocar los productos en orden para una fácil limpieza.
Mantenga los artículos pegajosos (como mermeladas, jarabes y salsas) en los cajones extraíbles que suelen estar a un lado de nuestra nevera.
Así, en el caso de que algunos de estos productos chorreen, evitaremos la tarea de tener que agacharnos y limpiar la zona afectada.
Una manera suave para erradicar la suciedad y los malos olores, es rociar con bicarbonato de sodio una esponja liquida.
3. Guarde los alimentos según su duración.
La carne se puede guardar en una bolsa y se puede almacenar en el estante inferior de nuestra nevera para así poder fugas que podrían contaminar otros alimentos.
Sacar del envoltorio de plástico las verduras y las frutas, deshacerse del exceso de humedad con un papel de cocina y así se mantendrán estos artículos frescos y crujientes. Aunque la mayoría de los frigoríficos vienen con un soporte para los huevo, es mejor mantener los huevos en su cartón, puesto que están específicamente diseñados para mantener los huevos frescos y sin olor.
Nevera saludable
4. Utilice el congelador para mantener los alimentos más tiempo y ahorrar espacio en la nevera.
Aquí os enseñamos un truco:
Picamos un manojo de hierbas y lo mezclamos con una o dos cucharaditas de aceite de oliva. Lo volcamos en una bandeja de cubitos de hielo para congelar porciones individuales y así podemos ir sacando poco a poco para sopas y salsas temporada.
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