Las curvas están de moda en decoración. Y una manera maravillosa de apuntarnos a esta tendencia es apostar por los sofás de líneas onduladas o directamente redondos. Puede que a primera vista no parezcan una opción demasiado sencilla de incorporar en salones de dimensiones normales. O los encontramos un tanto alejados de nuestros gustos decorativos. Nada de eso. Elegir un sofá con curvas para tu salón es la mejor decisión que puedes tomar por muchos motivos.
Se me ocurre una extensa lista de razones por las que elegir un sofá con curvas para tu salón es una excelente idea decorativa. Me voy a centrar en cinco motivos por los que encuentro estos diseños tan tentadores e irresistibles. No sólo por su llamativa estética, que no deja indiferente a nadie. También por su capacidad de verlos como una baza muy a tener en cuenta cuando se trata de buscar soluciones prácticas. Seguro que quieres conocerlos todos.
Elegir un sofá con curvas para tu salón: un guiño Art Déco
Sin duda este tipo de piezas nos traen recuerdos de épocas en las que la decoración era sinónimo de glamour. Es cierto que sus formas y tonalidades algo tienen de Art Déco, y de esos ambientes sofisticados y únicos de los años dorados de Hollywood. De manera que si tenemos debilidad por estos estilos o nos apetece recrearlos en pequeñas dosis, ¡adelante con ellos! Elegir un sofá con curvas para tu salón hará realidad ese giro de 180 grados que llevabas buscando hace tiempo en su decoración. Su presencia no solo añadirá elegancia a raudales. También un aire muy chic. Una nota exclusiva difícil de rechazar.
Líneas suaves con muebles rectos: el equilibrio perfecto
Las formas suaves, amables de esta familia de sofás además de comodísimos son una herramienta poderosa para equilibrar un exceso de líneas rectas en la decoración. Es la segunda razón por la que yo pondría un sofá curvy en mi vida. Tal vez nos hayamos dejado llevar por un estilo minimalista y lineal en el salón. Que en él predomine sin casi darnos cuenta un mobiliario de diseño marcadamente rectilíneo. Tal vez el conjunto de la mesa del comedor y las sillas, el aparador de la televisión, el mueble-librería, etc.
Sin prescindir de ninguna de estas piezas, elegir un sofá de líneas curvas para tu salón también supondrá suavizar la estética del conjunto. De repente el ambiente se volverá más amable y acogedor. Especialmente los modelos semicirculares, tipo chester, refuerzan este efecto de abrazar el espacio. ¡Qué grata sensación!
Volúmenes sugerentes para espacios difíciles
Es cierto que estos sofás no se caracterizan precisamente por ser discretos. Ni en sus formas ni en sus dimensiones. Sin duda sus volúmenes generosos forman parte de su ADN porque debido a ellos garantizan comodidad y bienestar. Es la tercera razón para elegir un sofá con curvas para tu salón. Me refiero a convertir esta característica en una virtud decorativa y no en un inconveniente. Para ello hay que buscar el tipo de sofá que más encaja en la estancia. Y eso implica no solo pensar en los metros que ésta tenga. También mirar esos elementos arquitectónicos y otras estructuras que a veces dan problemas a la hora de amueblar.
En situaciones así elegir un sofá con curvas para tu salón te puede dar estupendas sorpresas. Nada como un sofá grande y marcadamente curvo para aprovechar una pared en forma de arco inutilizada, sin que el volumen de la pieza desequilibre o pese en exceso visualmente. Y sin embargo el cambio puede ser espectacular. ¿A que ya me vas entendiendo?
En salones de plantas irregulares también pueden cumplir un papel clave para hablar de un antes y un después cuando estamos pensando en una óptima distribución de zonas. Sin ir más lejos, quedan de maravilla en esquinas difíciles, delimitando visualmente. A mi particularmente me encantan colocados de una forma que capten toda la atención, y despojados del mayor número posible de objetos y muebles a su alrededor. Que se luzcan al máximo. Casi como piezas escultóricas de arte.
Paleta cromática de incomparable belleza
Pensar en un sofá con curvas es imaginarse diseños en rosa chicle, azul petróleo, verde esmeralda, rojo sangre, caramelo…. Aquí tenemos otra razón irresistible. Es imposible no dejarse seducir por su paleta cromática. Ni menos aún por sus tapicerías súper elegantes, como el terciopelo. ¿Me equivoco? Un sello distintivo y perfecto para lograr un cambio de imagen rotundo y único.
Son tonos que enganchan, cautivan y acaparan el protagonismo cromático de la estancia donde los coloques. Y si es en el salón, infinitamente más. De manera que es importante pensar muy bien qué color será el elegido. Mi consejo es no dejarnos llevar sin más por su belleza. Conviene estudiar qué tono funciona mejor según el resto de colores que ya visten el salón. Si predominan los neutros y tostados, cualquiera elección de su paleta cromática creará un contraste fantástico. Sencillamente espectacular.
Pero si por el contrario, esa estancia es un ejemplo evidente de nuestra pasión por el color en la decoración, mejor cambiar de estrategia. En ese caso, elegir un sofá con curvas para tu salón tal vez signifique decantarse por un sofá blanco. Optar por una silueta más neutra. Mostrará su belleza en total armonía.
Versiones más simpáticas y desenfadadas
Está claro. Estos sofás son exclusivos, sofisticados y llamativos. Pero además, también son capaces de ofrecer una cara más desenfadada y versátil en su uso. Modelos con un sentido práctico y funcional muy acentuado. Es mi quinta razón para elegir un sofá con curvas para tu salón. Estoy hablando de los diseños redondos reclinables y desplegables. Geniales para usar de modo individual o en pareja.
También me parecen fantásticos los diseños con curvas que además son modulares. Practiquísimos para hacer composiciones a nuestra medida aquí y allá. O como un solo volumen, sin perder un ápice de su elegancia. ¿Te he convencido? ¿Quieres poner un sofá con curvas en tu salón?
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.