Por fin lo has conseguido. Te has mudado a una casa con la terraza de tus sueños y es perfecta para cultivar tus plantas. Iniciarte en el mundo de la horticultura es una actividad de lo más gratificante, apta para todos los públicos aunque no seas un gurú en la materia. Son muchos los beneficios que proporciona ver crecerlas en el huerto particular de casa. Un hobby terapeútico y sostenible.
Cultivar tus plantas: en la terraza, el jardín o el patio
Lo ideal sería que tu terraza recibiera la mayor cantidad de luz posible, una exposición continua al sol. Sin embargo, no siempre es así en los espacios al aire libre de las viviendas urbanas. La clave será buscar ese lugar de tu terraza que reciba un mínimo de 5-6 horas de solo directo. La orientación sur o suroeste es la que aconsejan los expertos.
Así que no te prives y adelante con el plan de cultivar tus plantas. Es una tarea más sencilla de lo que puedas imaginar y no requiere una gran inversión. A cambio lograrás convertir ese pequeño rincón exterior en un lugar donde evadirte, desconectar y sentirte en contacto con la madre naturaleza sin pisar la calle. Todo lo que llevabas soñando desde hace tiempo.
Un hábito alimentario más sano
En unas cuantas semanas, cuando recojas tu pequeña cosecha y pruebes su sabor quizá empieces a plantearte una alimentación más sana. El hecho de cultivar nuestras plantas no sólo nos relaja y nos hace sentir cerca del campo. De repente, nos permite comer de una forma más sana, componer menús para nuestro día a día naturales y a nuestro alcance porque algunos de sus ingredientes salen de nuestro huerto doméstico.
Reciclaje de agua y de materiales
Un riego eficaz es clave para cultivar tus plantas y que crezcan bien. Hay varias opciones que te permitirán conseguirlo. Si tu terraza o balcón dispone de un grifo lo más sencillo es adaptar en él una manguera. Pero no siempre es así. Piensa entonces en un depósito de agua con programador, al que podrás incorporar mangueras con los goteros que necesites. No olvides que el agua de lluvia que cae en tu ciudad también puede ser una excelente manera de regar la tierra de tu siembra. Reciclarla te ayudará a consumir menos y lo agradecerás en el recibo.
Según el espacio disponible en tu terraza te interesará escoger un tipo de contenedor u otro. La escasez de metros no es una barrera porque hay soluciones de todo tipo. Desde un huerto vertical para rentabilizar la pared más amplia de ese espacio exterior, a las tradicionales macetas que normalmente usas para tus plantas ornamentales. Quizá prefieras una versión de suelo, mediante cajones de cultivo escalonados de madera tratada, o con diferentes compartimentos. Son perfectos para acoplar tu huerto en un espacio reducido. Y si te apasiona todo lo relacionado con el DIY, atrévete a diseñar el tuyo propio con palés o tableros recuperados. Tendrás una pieza única.
Una tarea para compartir con los tuyos
Desde la selección de las semillas más apropiadas en el vivero, a la preparación de la tierra antes de cultivar las hortalizas y verduras. Y, por supuesto, cómo deben ser regados y qué contenedores son los más propicios. Cultivar tus plantas, verlas crecer, cosecharlas y por último formar parte de tus alimentos habituales. Cuántas satisfacciones emocionales por experimentar.
¿Coincides conmigo?
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