1. La cinta de doble cara. Es de las soluciones más sencillas por su básica composición, que consta de una cinta con pegamento a los dos lados, de forma que nos permite unir dos objetos entre sí o el objeto con la pared. Son ideales para colgar láminas, marcos finos, lienzos... aunque hay cintas que pueden soportar bastante peso, pensadas para cuadros más pesados.
En cualquier caso, a la hora de colgar nuestros cuadros debemos tener en cuenta que, para conseguir una buena adhesión de la cinta, debemos limpiar bien la superficie con un trapo húmedo, y después secar, para retirar restos de polvo y suciedad. En el caso de que sea una pared de azulejos, emplearemos un poco de alcohol.
Además, es fundamental presionar bien cuando pongamos la cinta, porque de esta presión dependerá su posterior sujeción.
Se trata de una solución rápida, sencilla y que no deja rastro.
2. Las tiras de velcro. Su sistema es similar a las cintas de doble cara. Se trata de dos láminas pegadas con velcro: una de ellas irá en el objeto y otra en la pared. Su principal ventaja es que podremos retirar y poner los cuadros fácilmente, intercambiarlos de sitio... Así, se usan sobre todo con cuadros poco pesados o láminas.
3. Ganchos adhesivos, usados habitualmente en cocinas y baños. Actualmente podemos encontrar ganchos que aguantan hasta 7 kilogramos de peso.
4. Adhesivos especiales para, por ejemplo, ambientes húmedos, ideales para cuartos de baño. Son fáciles de aplicar y no dejan mancha al retirarlos.
5. Clavos de tipo cuelga fácil, que se instalan empleando simplemente un martillo, y que apenas dejan agujero.
Aquí podréis encontrar más consejos para vuestro hogar...