Hoy traigo cinco puntos importantes con los que poder empezar a conocer los secretos de estos maravillosos seres vivos que tanta vida, luz y paz aportan a nuestros hogares
1 INFORMACIÓN BÁSICA DE LA PLANTA
Lo primero que debemos saber al comprar una planta, es la información básica de ella. Para ello, si la hemos comprado en un vivero o una tienda especializada preguntaremos a los profesionales por sus cualidades, sus riegos, sus necesidades y apuntaremos todo punto por punto.
Si por el contrario, esta planta ha sido comprada en cualquier otro lugar, o bien ha sido un regalo, os aconsejo que nada más llegar a casa busqueis información de ella en este maravilloso mundo que es internet.
La información básica que necesitaremos es:
-Nombre y Tipo de planta
-Riegos
-Luz
-Crecimiento
Con esto, ya nos podemos hacer una pequeña idea, de las necesidades que nuestra amiga va a tener. Y a partir de aquí, empezamos a trabajar.
2. ELECCIÓN DEL LUGAR Y DE LA MACETA PERFECTA
Ahora que tenemos la información básica, ya podemos elegir en función de la luz el mejor lugar de la casa para esta maceta.
Mi abuela, siempre dice, que los primeros días de una planta son los más importantes, debemos prestarle atención en estos días, ver cómo reacciona en cada espacio, y una vez encontramos el suyo, no cambiarle jamás.
Por otro lado, debemos elegir maceta nueva y para ello tenemos dos opciones: cubrir la maceta en la que viene con una bonita un poquito más grande o trasplantarla directamente.
Por mi experiencia, prefiero que pasen unas semanas y la planta ya esté adaptada al nuevo espacio para trasplantar, pero en teoría, no debería afectar.
3. TRASPLANTAR Y DRENAJE
Una vez han pasado unos días en casa, ya hemos encontrado el lugar donde mejor se encuentran y hemos elegido una maceta bonita. Llega el momento de trasplantar.
Lo primero a tener en cuenta es que la maceta elegida sea un poquito más grande que la actual, pero no demasiado.
Si la maceta elegida no tiene agujero en la base, podemos hacerlo colocando dos tiras de cinta de carrocero formando una cruz, y a continuación agujereamos con el taladro. Éste pequeño truco, es muy útil para materiales como cerámica o vidrio.
Mínimo una hora antes de hacer el trasplante regaremos la planta para que la tierra quede más suelta para poder sacar la maceta con facilidad.
Para sacar la maceta lo ideal es dar golpes directamente a la maceta desde bajo y colocar la mano en la maceta para que al caer lo haga sobre ella.
A continuación colocamos una pequeña base de gravilla y una buena capa de abono. Colocamos la planta y cubrimos los laterales hasta que esté bastante apretada. Y regamos abundantemente.
4. RIEGOS
En el punto 1, seguramente hemos visto la asiduidad con la que regar la planta.
Sin embargo, yo no os aconsejo seguir estas recomendaciones al pie de la letra. Y me explico; la planta, al igual que un ser humano, necesita diferentes cuidados en función del clima, la temporada, la luz… es por ello, que a veces, pueden indicarnos que la reguemos una vez a la semana, y sin embargo, haciendo eso, acabamos ahogándola.
Mi consejo, es que vayais poco a poco. Como os decía en el punto 2, los primeros días y semanas es necesario que les prestéis un poco más de atención.
Además el agua para una planta es lo que la sal a las comidas, cuando están un poco secas, se pueden recuperar, sin embargo, si la hemos ahogado, difícilmente podemos hacer nada para salvarla.
Por eso, es mejor pecar de poca agua, que de mucha. Intentar que los riegos sean espaciados, NUNCA encharqueis la tierra, si observais vuestras plantas con regularidad llegará un momento en que sepais sólo con ver la vigorosidad de sus hojas y sus tonos, cúando necesitan ser regadas. Hasta entonces, utilizar un palillo largo, lo introducís hasta el fondo y sólo regais en el caso de que salga completamente seco.
Ademas, tanto al trasplantarlas, como cada uno o dos meses, es aconsejable utilizar un abono en líquido diluido en el agua de riego, ésto las protegerá de posibles plagas o enfermedades.
5. DALE MUCHOS MIMITOS
Al fin y al cabo, éste es el mejor consejo, si queréis tener unas plantas bonitas y cuidadas, lo mejor es darle mimos.
¿Os acordáis de ese dicho tan popular que decía que a las plantas hay que hablarles y cantarles? Pues esto no es más, que mimarlas, si les hablais y cantais, estaréis observándolas y quitándole esas hojitas secas, estaréis tocando su tierra… al fin y al cabo estareis prestándoles atención, y éso os aseguro que les beneficiará a ellas y a vosotras. Porque está comprobado que estar en contacto directo con la naturaleza tiene efectos positivos en nuestra mente y por consiguiente, en nuestra vida.
Espero que os haya gustado muchísimo este post, y que os ayude a empezar.
Un besazo enorme mis chicas