1. La primera gran ventaja es que la instalación es muy sencilla, no necesitamos obras, no mancharemos demasiado y en solo una mañana podremos tener nuestra piscina lista para darnos un chapuzón, huir del calor y empezar a disfrutar de nuestro verano mucho más. Por supuesto, esta comodidad se traduce en costes mucho menores a los que tendríamos con una piscina de obra.
2. Lo normal es contar con espacios exteriores muy reducidos donde, además, tenemos que encajar el juego de mesa y sillas para comer, alguna tumbona, un sofá de exterior... Esto hace que cada metro cuadrado cuente, por lo que las piscinas hinchables serán la opción ideal.
3. El ritmo de vida actual suele ser un poco ajetreado, así que lo normal es no tener demasiado tiempo libre. En este sentido lo mejor es recurrir a soluciones prácticas y funcionales para nuestra piscina. Los modelos hinchables y los desmontables tienen un mantenimiento muy sencillo con pequeñas depuradoras que mantienen siempre el agua limpia sin esfuerzo, junto con complementos para quitar las hojas de la superficie.
4. Si es complicado tener un jardín amplio donde poder instalar una gran piscina, en terrazas y áticos esto ya es imposible. En este tipo de pisos las piscinas desmontables son la mejor solución para poder disfrutar de un baño en medio de la gran ciudad.
5. Como hemos comentado en el primer punto, estos modelos de piscinas son muy fáciles de montar y desmontar, pero si, con la llegada del frío o las vacaciones, no queremos quitar la piscina podemos optar por un cobertor que la proteja de la lluvia o las tormentas y la mantenga como el primer día. Además, también cuentan con cobertores solares para que el agua esté más calentita durante todo el año.