No se estila.. ya se que no se estila..
Es cierto, ya no se lleva el barnizado a muñequilla, aunque sigue habiendo piezas que sólo deberían estar acabadas así, pero es que, con diferencia, es lo que más me gusta hacer, y me acordé de este sofá que tenía la chapa muy deteriorada.
Lo primero que necesitaba esta pieza era una limpieza a fondo y un barnizado a muñequilla más a fondo aún.
Las patas talladas delanteras estaban “peladas” y todo el perímetro del armazón desconchado como veis en la foto.
Algunos daños en la chapa eran profundos y como se puede apreciar en la foto el color de la chapa es amarillento y sin lustre.
Pero tras la limpieza (en este caso solo con alcohol) vemos la chapa limpia y además los arañazos superficiales han desaparecido.
Los arañazos más profundos se han estucado (rellenado con masilla) y teñido ( con tintes al agua o acuarela) para que sean tan inapreciables a la vista como sea posible. Vamos empezando a barnizar y retocando el color de las grietas hasta dejarlas integradas.
Al barnizar tenemos en cuenta tres factores importantes: Dar cuerpo con una gomalaca densa (1:3), es decir, una parte de escamas y tres de alcohol. Una vez que hemos creado un “cuerpo” sobre el que trabajar, vamos aumentando la cantidad de alcohol 1:6, cerramos poro, y así sucesivamente vamos aumentando la solución de alcohol 1:9 hasta acabar con 1:12 (prácticamente sólo alcohol).
Esta es la forma en la que hacemos una muñequilla con un paño de algodón e hilacha para el relleno, pero como ya sabeis que en el taller somos gasto cero, utilizamos para el relleno calcetin viejo de algodón o manta de lana.
Estos serían los movimientos que haríamos. Primero en espiral (cuidando de entrar y salir suavemente). Segundo en “ocho” (para cerrar el poro en todas direcciones) y por último lineal (para peinar).
En la imagen superior estamos aún cerrando el poro de una mesa, se pueden apreciar también las marcas del movimiento en “ocho”. Lo más importante al barnizar es quizás, moverse con armonía, repartir bien el peso del cuerpo para apretar y cerrar el poro y no pararse nunca sobre la superficie ni dejar la muñequilla apoyada en ella.
El efecto que pretendemos conseguir casi espejo como en este cabecero, aunque siempre se puede matizar el brillo haciendo un acabado mixto de gomalaca y cera.
No se estilará pero … es un trabajo de esos que al acabar te dejan una sonrisa bien grande en la cara.