¿Eres de los que se pregunta si esto que oímos del ahorro LED, es verdad o sólo un mito?
Con estas ventajas tú mismo te concienciarás que es la mejor opción como sustitución de las bombillas incandescentes, halógenas y fluorescentes:
– Ahorro energético (50-60%): las bombillas tradicionales incandescentes transforman el 80% de la energía que utilizan en calor, por tanto, la luz es tan sólo un 20%. Con las luminarias LED ocurre lo contrario: con la misma cantidad de energía, generan 4 veces más de luz y mucho menos calor.
– Ahorro en mantenimiento, dada su larga vida. Tienen una vida útil de hasta 50.000 horas.
-Dispone de toda la graduación de temperatura de color ºK (para elegir el tipo de color que se adapte al espacio concreto)
-Ofrecen la posibilidad de regulación de intensidad de la luz (distintos tonos según los ambientes)
-Tienen un tiempo de encendido inapreciable (ms), y soportan un mayor número de ciclos (encendidos y apagados)
– Sin parpadeo lumínico
Con todo esto, vemos que cambiar las luminarias a bombillas LED sí que conviene, a corto/medio plazo. En principio puede suponer una inversión inicial alta, pero hoy en día los precios son mucho más competitivos que hace unos años. Teniendo en cuenta su gran ahorro y durabilidad, se rentabilizarán pronto. Se podría hacer de forma gradual, primero en las estancias en las que más tiempo se pase, y poco a poco en el resto de la casa.
Además, aparte de beneficiarnos de manera personal, estamos cuidando el Planeta, ya que las bombillas LED no contienen mercurio ni tungsteno, y emiten un 80% menos de CO2 a la atmósfera.