¿Quién no ha tenido cerca alguna vez una máquina de coser de esas de hierro, de las que van con pedales y que hoy en día muchas son piezas dignas de exposición? En mi caso y por ahora, no puedo ni mencionar que quiero la de alguna de mis "yayas", que aún me quedan las dos. Ni se me ocurriría mencionar el tema, con la de horas que han pasado ellas con sus fieles amigas, como para que ahora caigan en mis manos y las desmonte para poner en un lado la máquina de coser para "decorar" algún mueble y por otro la mesa para que la utilice como quiera. Ni hablar, creo que aún no están preparadas para deshacerse de tan preciada requilia, asi es que me tocará espera a que decidan pasar el testigo.
Pues eso es lo que os quiero mostrar hoy, el resultado de reutilizar las mesas de estas máquinas y las muchas funciones que cada vez más se les pueden aplicar.
Sus patas de hierro colado creando ligeros dibujos al aire y a la vez llenos de ese protagonismo que nunca nos ha dejado indiferentes. En blanco, negro o en cualquier color siempre son las reinas del lugar. Funcionan con cualquier estilo y en el espacio que menos te imaginas.
Ya véis que la versatilidad es tal, que habrá que seguir luchando para hacernos con una y si algún día una cae en mis manos prometo cuidarla para el resto de los días.
Home and Garden