Sorprende la arquitectura de esta casa de fin de semana en la costa de Queenlands, en Australia, con cubiertas de madera y espacios totalmente abiertos al exterior mediante puertas correderas que dan la sensación de que el paisaje entra dentro de ella. El suelo de hormigón pulido y la decoración en frescos materiales naturales donde predominan los textiles en colores claros hacen que se convierta en un destino de ensueño a lo que ayuda enormemente el emplazamiento donde se ubica, entre hectáreas de prados con una vista panorámica de 360 grados que llegan hasta las pequeñas colinas colindantes.
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