Como os podéis imaginar, ha sido una experiencia absolutamente genial. Compartir cinco jornadas con los alumnos ha sido increíble y sobre todo, lo que más, lo que más importancia ha tenido para mí ha sido comprobar que al final todos ellos han sido capaces de crear una story completa de su casa.
Hemos intentado que las clases fueran divertidas, estimulantes, interesantes e inspiradoras, porque en mi opinión fotografiar interiores es una experiencia cargada de inspiración en la belleza de los espacios.
Este curso forma parte de lo que yo considero una tríada inseparable: decoración, estilismo y fotografía. No hablamos de retratos o figuras en movimiento; tampoco de paisajes o lentes con grandes teleobjetivos, porque lo nuestro es mostrar la belleza de un espacio para que otros la sientan.
La fotografía es capaz de captar y transmitir sensaciones y destaca ante nuestros ojos detalles que de otra forma pasan desapercibidos. Convierte en hermosos objetos que pueden ser excesivamente cotidianos como para que reparemos en ellos y transmite todo aquello que con decoración y estilismo podemos hacer en un espacio.
Nada de todo esto se refiere a artificio o disfraz, si no más bien al contrario. Se trata de despojar del artificio para obtener la imagen de aquello que conforma la esencia de un espacio. Lo que hará que nos guste permanecer en él. Todo ello es lo que intentamos desgranar en este curso, marcando las pautas técnicas necesarias y mostrando las herramientas que disponemos para obtener la imagen deseada.
Esta primera edición ha sido tan genial que repetiremos! Así que los que esteis interesados estad atentos porque habrá nuevas fechas y nuevas convocatorias!
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