Últimamente me llama muchísimo la atención el estilo nórdico por sus elementos decorativos que me recuerdan al calor de casa a pesar del frío que haga fuera. Pero hay algo que me ha enamorado esta temporada que muchos hogares de estilo escandinavo tienen en común: los ciervos y sus respectivas cornamentas.
Siempre he sido una chica con la mente abierta (por eso de que me parece tan útil cerrada como lo puede ser un paracaídas), pero el hecho de que los cazadores exhibiesen sus trofeos de caza en habitaciones grandes y suntuosas nunca lo vi con buenos ojos.
Ahora me parece que dan un toque super hogareño en la estancia donde los pongas, aunque eso sí, en su justa medida y a modo de detalle: en cojines, láminas, relieves, percheros, figuras y también en su clásica esencia, pero hechos de diversos materiales (estoy segura de que Michi hará un DIY en algún momento para que tengas tu propio “deer” en casa!).
Claramente, el rey del bosque se ha convertido en el rey del hogar y gracias a él nunca pensé que diría esto, pero ojalá mi novio me ponga los cuernos! ;-)
Que tengáis un buen día,
Irina Vermeer.
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