Me suelen gustar los espacios con una paleta de color que vaya más allá de la bicromía, pero como todo en la vida, siempre hay excepciones. Este piso en Estocolmo basa su estilismo en el blanco y la madera, y no necesita más para conseguir un perfecto equilibrio. Es evidente que su reducido tamaño, sólo 36,5 m2, condiciona la elección de los elementos pero no por ello resulta menos bonito.
En la cocina se ha optado por frontales de teka que aportan un estilo muy vintage, con aires sesenteros que recuerdan a los muebles de fórmica.
Imágenes: Fantastic Frank
Las reducidas dimensiones del baño dejan la ducha totalmente abierta, sin posibilidad de colocar mampara o cortina así que se ha dado una continuidad a los revestimientos, tanto en suelo y paredes, adoptando un look black and white, muy escandinavo.
Como siempre, los nórdicos nos demuestran que un espacio pequeño puede estar muy bien aprovechado y que no es impedimento para conseguir un estilo atractivo y acogedor.