Ahora bien, toda reforma implica un periodo de reflexión en el que meditar sobre las opciones que existen en el mercado y la forma en que cada una se adapta a necesidades u objetivos particulares. Así que hoy nos centraremos en los diferentes tipos de suelos por los que podrás apostar para realizar una compra eficiente y de la que, sin importar el paso de los años, siempre te sientas satisfecha. Los hemos ordenado de menor a mayor inversión, aunque es una estimación aproximada, ya que dependerá del tipo específico por el que te decidas, pues, por ejemplo, no es lo mismo un suelo de madera de pino que de un árbol exótico como es el polisandro.
1. Suelos textiles (moqueta)
No es nuestra opción preferida y su uso no está muy extendido en España, pero no por ello debes pasarlos por alto. Los suelos textiles también tienen sus ventajas, como por ejemplo su precio, facilidad de instalación y cumplen una función de aislamiento que ni siquiera la alfombra más gordita podrá igualar. Ahora bien, evita utilizarlos en el baño o la cocina y, por supuesto, si en tu casa hay personas alérgicas. Por el contrario, en dormitorios o vestidores darán un toque cálido y gustoso muy a tener en cuenta.Instalación: hay modelos adhesivos que se pegan directamente sobre la superficie y otras opciones que necesitan de un adhesivo especial para moquetas.
Mantenimiento: limpieza exhaustiva para evitar la acumulación de polvo y ácaros, así como para eliminar cualquier tipo de mancha.
2. Suelos de vinilo
Los suelos de PVC han ido adquiriendo cada vez más protagonismo en los últimos años y, no sabemos si antes o, precisamente, por este motivo, los fabricantes se han animado a lanzar diseños de lo más vanguardistas y originales. Decimos adiós a esas opciones horribles que pretendían imitar acabados como el de la madera para dar la bienvenida a suelos muy capacitados para convertirse en los protagonistas de esa reforma que quieres poner en marcha.De la misma forma que los suelos textiles, su instalación es sencillísima pero son mucho (muchísimo) más fáciles de lavar. Además, si huyes de las alternativas más económicas (gracias a la financiación Cofidis, sin duda, podrás) encontrarás un material mucho más resistente y duradero de lo que te puedes imaginar. No obstante, ten cuidado con la decoloración a la que pueden verse sometidos por el contacto directo con los rayos del sol.
En cuanto a su tipología, según el formato existen baldosas de vinilo o losetas y vinilo en láminas o rollos; según su fabricación, hablamos de pavimento vinílico homogéneno, heterogéneo, con incrustaciones o compuesto por capas; según sus motivos o diseños, encontrarás suelos de vinilo incrustado, huecograbado o rotograbado, y, en función del material que componga la capa superior del suelo, existen suelos de vinilo sin cera, con capa de desgaste en uretano o capa de uretano mejorado o curado.
Instalación: hay modelos adhesivos que se pegan directamente sobre la superficie, si está nivelada, y otras opciones que necesitan de un adhesivo especial para este tipo de suelos.
Mantenimiento: limpieza sencilla.
3. Suelos de linóleo
En esta misma línea, aunque con ventajas añadidas, encontramos los suelos fabricados a partir de una serie de materiales naturales, como el aceite de linóleo o el polvo de corcho. De tal forma que su acabado también es mucho más natural (y uniforme) que el del vinilo, además de más duradero y resistente. Se suelen realizar composiciones con diferentes piezas creando diseños geométricos que, además, están en plena tendencia.Instalación: se trabaja en grandes piezas, que se cortan para ajustarse a todos los perfiles, y se instala, previa aplicación de una capa de mortero nivelante, a través de un adhesivo en el que también se emplean componentes naturales para su elaboración. No obstante, se está extendiendo su colocación 'tipo clic', como la de los pavimentos laminados.
Mantenimiento: pulir una o dos veces al año.
4. Suelos de resina epoxi
Otra opción al alza, también muy similar a las dos anteriores, son los suelos autonivelantes fabricados a partir de resina, que proporcionan una sensación de pavimento liso y limpio que amplía el espacio sin esfuerzos. Por supuesto, combina esa impermeabilidad, resistencia y durabilidad del vinilo y el linóleo (si no las supera) con la opción de escoger acabados mates, satinados o brillantes. El efecto es muy vanguardista y moderno, sobre todo si te animas a escoger tonalidades tan vibrantes como el amarillo del siguiente baño. Recuerda, ¡quien no arriesga, no gana!Instalación: sencilla y rápida sobre materiales muy diversos, como por ejemplo la cerámica, el terrazo, la madera o el hormigón. Para ello, se vierte el pavimiento de soporte en estado líquido, se nivela y se esperan unas 8 horas a que seque por completo. Conviene recurrir a la ayuda de profesionales para que valoren la cantidad de producto necesario.
Mantenimiento: limpieza con un paño húmedo con detergente.
Antes de seguir avanzando en este recorrido por los tipos de suelos entre los que puedes elegir a la hora de materializar tu reforma, sobre todo ahora que empezamos con las opciones más codiciadas y complejas de instalar, vamos a hacer una pausa para recordarte que, aunque importante, el precio no debe condicionar tu decisión. La calidad de los materiales influirá en el precio, pero invertir en buenos materiales también hace que sean más duraderos. Con el Préstamo Reformas de Cofidis podrás escoger el material que más te guste o que mejor se adapte a tus necesidades, amortizándolo en cómodas cuotas.
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5. Suelos laminados
Los suelos laminados, tal y como su propio nombre indica, están compuestos por capas de diferentes materiales. La capa o lámina superior, que es la que está expuesta, suele imitar el color y forma de la madera natural. Los modelos de mayor calidad incluyen cierto relieve para hacer una recreación aún más fidedigna y encajan a la perfección en ambientes rústicos o campestres.Tanto el grosor como el tamaño de las lamas puede variar, siendo más resistentes a los cambios y malformaciones las que alcanzan cotas más elevadas. No obstante, para medir la calidad real del producto que vayas a comprar, te aconsejamos que tengas en cuenta la garantía que ofrece el fabricante (cuanto mayor sea, obviamente, más resistente será el material).
Aunque existen modelos elaborados a partir de materiales que resisten las condiciones especiales de cocinas o baños, mejor que optes por otras opciones para estas estancias (como por ejemplo la cerámica).
Otro punto a tener en cuenta hace alusión al cambio constante de tendencias, lo que complica la búsqueda de recambios para las piezas que han sido dañadas (sobre todo teniendo en cuenta que no se pueden reparar ni lijar) y que, posiblemente, con el paso del tiempo se hayan dejado de fabricar.
Instalación: debe ser minuciosa, ya que una mala instalación puede hacer que las juntas se separen. Mejor recurrir a la ayuda de un profesional.
Mantenimiento: limpiar con cuidado de no humedecer el suelo excesivamente y no utilizar productos abrasivos nunca.
6. Suelos de gres
El gres se conforma a través de una mezcla de componentes arcillosos, desangrantes y fundentes. Como resultado de esta combinación, surge un material muy resistente, tanto al paso del tiempo como al agua. Además de estas cualidades, el gres permite un amplio abanico estético con acabados tan atractivos como la madera, el granito, el mármol, el barro cocido...Existen 3 tipologías esenciales: el gres esmaltado (buena relación calidad-precio), el rústico (estética) y el porcelánico (calidad y resistencia superiores). Existen más categorías, incluso de las 3 mencionadas surgen otros modelos como el gres técnico o el porcelánico esmaltado.
Instalación: la base sobre la que se coloca el suelo de gres porcelánico debe estar en bruto (quita el solado anterior). Las piezas de gres se colocarán sobre una mezcla de cemento y arena alisada o sobre cemento cola.
Mantenimiento: con ácido clorhídrico (diluido en agua en una proporción de 10-90) podrás eliminar los restos que queden en el material tras la instalación. Para su limpieza diaria, bastará con fregar con cualquier producto (no abrasivo) que contenga jabón neutro y, después, pasar una mopa con suavidad.
7. Suelos cerámicos
Volvemos a hablar de un tipo de suelo cuyo uso parecía olvidado y, sin embargo, durante los últimos años ha resurgido con fuerza. La razón principal es su resistencia, aunque la gran cantidad de estilos que permite la cerámica también es otra razón de peso.En este caso, te recomendamos su instalación en zonas en las que la resistencia sea requisito indispensable, como por ejemplo la cocina, el baño o la terraza. Podrás elegir entre baldosas cerámicas de pasta roja (menos resistente) o suelo porcelánico (indicada para exteriores).
Te interesará saber que los suelos cerámicos suelen ser un 50% más caros que los de gres.
Instalación: para su instalación se emplea el cemento cola, escogiendo una variedad específica para el tipo de cerámica seleccionada (pide asesoramiento).
Mantenimiento: muy fácil de limpiar con agua y un poco de vinagre diluido (secando siempre la superficie a continuación). Elementos antipolvo indispensables: el aspirador, la escoba y la mopa.
8. Suelos rectificados
Tipo de azulejos cerámicos cortados de manera diferente para evitar el borde curvo de las piezas tradicionales, lo cual permite disimular las juntas y conseguir un acabado más actual.9. Suelos de piedra natural
Un post a parte merecerían los suelos de piedra, ya que cada material es un mundo y, por supuesto, tiene un precio diferente. Por este motivo nos centraremos en los diferentes materiales por los que podrás decantarte. Los más habituales son:1. Pizarra.
2. Arenisca.
3. Cuarcita.
4. Piedra de río.
5. Caliza.
6. Mármol.
7. Granito.
Por norma general, el mantenimiento de los suelos de piedra es sencillo, bastará con barrer o pasar la aspiradora para eliminar el polvo y fregar con un detergente neutro.
10. Suelos de microcemento
Los suelos de microcemento han ido adquiriendo cada vez más relevancia y, lejos de lo que puedas pensar, son una opción altamente estética y original. También podrás encontrar muchísimos acabados, aunque nosotros somos fieles a la variedad más sencilla e industrial que recuerda al cemento puro.Instalación: aunque este material no es excesivamente económico, su sencilla instalación compensa la balanza. Se adhiere a cualquier soporte poroso, no requiere desescombro ni quitar los azulejos actuales.
Mantenimiento: utiliza un limpiador neutro para la limpieza diaria y, cada 2 o 3 años, aplica un producto específico que te ayudará a mantenerlo en perfectas condiciones.
11. Suelos de madera
Si pensabas que nos íbamos a olvidar del revestimiento estrella, estabas muy equivocada ;). Los suelos de madera SIEMPRE han sido la opción más deseada, aunque a veces se ha evitado su colocación por miedo a su excesiva delicadeza. De hecho, prácticamente todos los materiales que os hemos ido mencionando tienen variedades que imitan el acabado de este eterno material y se venden como alternativas más resistentes y fáciles de mantener.Veamos cuáles son las maderas más empleadas como revestimiento:
1. Pino.
2. Cedro.
3. Roble.
4. Caoba.
5. Nogal.
6. Variedades exóticas como la teka, el polisandro o el ébano.
Muy importante es que tengas en cuenta la resistencia de los materiales, que vendrá determinada por las letras AC, seguidas de un número. Cuanto mayor sea la cifra acompañante, mayores serán, también, su fortaleza y durabilidad.
Asimismo, encontrarás diferentes tipologías en el mundo de los suelos de madera y podrás elegir entre: tarimas (formadas por tablas macizas machihembradas, encoladas o laminadas de dos o más capas), parquet mosaico o taraceado, lamparquet, parquet industrial o parquet multicapa.
Instalación: por sistema de clic, clavado o pegado, dependerá del tipo de suelo.
Mantenimiento: el mantenimiento diario consistirá en pasar el aspirador para eliminar la suciedad y una mopa para dar brillo a la madera. De vez en cuando, una vez al mes, por ejemplo, podrás aplicar algún producto específico diluido en agua, pero escurriendo la fregona al máximo y teniendo mucho cuidado de no humedecer el suelo en exceso. Como alternativa natural, te aconsejamos el vinagre. Evita las ceras y siliconas en la medida de lo posible.
¿Por qué material te decantas?
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