Capítulo 3

Nos encontramos ya a finales de Febrero y pronto la ciudad comenzará a prepararse para las Fallas, una fiesta que a Candela le apasiona, a pesar de haber sido nunca fallera ni pertenecer a ninguna comisión pero, durante esos días, Valencia era un hervidero de gentes venidas de todas partes del mundo, con las «paraetas» de churros y buñuelos en cada esquina y, cómo no, con la música sonando por doquier. Eran unos días mágicos que finalizaban con la espectacular «Nit de la cremà», una noche en la que más que nunca, Valencia olía a pólvora.

Había pasado casi un año ya desde que Candela abrió su propia agencia de marketing, y lo cierto es que estaba contentísima por cómo le había respondido la gente, ayudándola a posicionarse poco a poco como una de las agencias más importantes de la ciudad. Se había dedicado de pleno a ella, seguía viajando, pero claro, siempre de trabajo, por eso cuando Isabel propuso realizar el viaje a su tierra, a Candela le entró un poco de agobio con solo pensar en ausentarse tantos días; pero quizás necesitaba ya disfrutar de unas merecidas vacaciones y, ¡qué mejor que el plan propuesto por sus amigas!

De camino a la oficina, Candela seguía pensativa en el bonito fin de semana que había pasado, cuando nada más llegar y abrir la puerta, se encontró con una Sofía emocionadísima haciéndole señas y guiños nerviosos señalando su despacho . «¿Qué ocurre Sofía?» , le preguntó con cierta intriga Candela. » En tu despacho… vienen a hablar contigo … y traen una propuesta muy bonita», susurró en voz baja y con cierto misterio Sofía. Candela trató de ponerse seria y disimular la emoción transmitida por su compañera, y con su pose más elegante abrió la puerta y se adentró en su despacho.

«Buenos días» – Saludó , «Buenos días, debes de ser Candela, ¿verdad?», respondió uno de los señores que formaba parte del grupo que la  esperaba en su despacho. «Así es.. me ha comentado Sofía que querían hablar conmigo sobre algún proyecto; ustedes dirán… » contestó Candela con una coqueta media sonrisa.

«Verás, somos una empresa de venta de fragancias de lujo online, y queremos lanzar un nuevo producto inspirado en Japón y en el arte del Origami. Para ello, hemos contado con el apoyo de una importante empresa de cerámica valenciana para la realización de los frascos de nuestra vela aromática que lleva el mismo nombre Origami. El motivo por el que estamos aquí, es porque conocemos algunos de los proyectos realizados por tu agencia que nos han enamorado tanto que nos encantaría poder contar con vosotros para la promoción de nuestro producto».

Uaooo …!! Candela que era una enamorada de las velas, las fragancias y todo el mundillo de los aromas, no pudo disimular su emoción… una campaña de marketing para unas velas de lujo con frascos cerámicos realizados en su tierra , ¡¡Qué más podía pedir!!.

«Por mi parte me encantaría poder formar parte de esta promoción ¿Tienen alguna idea de cómo quieren enfocarla?»- continuó Candela.

«La idea es realizar una campaña elegante, inspirada en el arte origami y por tanto en Japón, por lo que queremos que su cultura esté muy presente en todo momento; a partir de ahí … te dejamos vía libre para que des rienda suelta a tu imaginación» – argumentó con pícara sonrisa Lucas, el más joven del grupo de visitantes, a la vez que le tendía su mano como señal de llegar a un acuerdo. «Por supuesto que sí, acepto el reto», respondió Candela con un apretón de mano.

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Ilustración realizada por Pdesign para Velha home

 En cuanto se marcharon,…»¡¡¡Sofía, Sofía…!!! vamos a tomar un café y te cuento todo, venga vamos!!, exclamó Candela con un fuerte de brillo de emoción en sus ojos.

«… Lo que ahora tenemos que hacer es pensar en una campaña que les impresione; la semana que viene volverán para que les presentemos diferentes propuestas. Hay que ponerse a trabajar duro, me encantaría poder llevar este proyecto… «, terminó diciendo ya más calmadamente Candela.

«Ya… pero Japón, ¿Qué conoces tú de Japón?» , preguntó Sofía.

«Pues… la verdad es que poco , pero aromas y cerámica sabes que son dos de mis pasiones, así que si además lo unimos al arte origami… ¡seguro que algo precioso se nos ocurre!!»

«¡¡Tú siempre tan positiva y entusiasta, jeje!! , sonrió Sofía.

Los días siguientes fueron un no parar de empaparse de cultura japonesa, del arte del origami, de pensar… y pensar … y, ¡¡por cierto!! ¿Cómo se llamaba la empresa? Con tanta emoción ni se había acordado de preguntarles, Uff ¡¡Qué fallo tan grande!!, se ruborizó de repente al darse cuenta de su error .

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