Os pasado alguna vez, aunque solo sea viendo y ojeando una revista, como hay casas que de repente cobran vida y genialidad, aun encontrándose plagadas y llenas de complementos, tratando de aportar una identidad y una magia increíble, que hacen que cada rincón sea único. Eso si… sin acordarnos de cuando toque limpiar, colocar o poner pulcro cada rincón y elemento.
Eso me ha pasado a mi, al ver esta vivienda australiana decorada en tonalidades de color azul, quizás seña de identidad que mas la denote, pero que si analizamos sus composiciones, se plagan de elementos, complementos y detalles que le aportan ese toque diferente y aderezado que nos hace creer que pudiéramos vivir ahí.
Un espacio diseñado confortablemente, de unión de estancias, y separaciones visuales donde los detalles se han dejado entrever para en pequeñas dosis, aportar textura, color, verticalidad o sencillamente ese foco de atención y confort con el que recorrerla es todo un verdadero placer.
Muchas veces ante el miedo al vacio, llenamos las estanterías y rincones de casa de complementos y decoración, apabullando de información visual y restandole protagonismo al resto. Otras… son estas piezas y composiciones las que se encargan de darle un “toque único” que las hace destacar.
Que destacar esta esa separación geométrica de la cocina con respecto al comedor, o como esa separación de mampara en la horizontal, hace que el espacio se cobre casi infinito.
Nada de convertirse en un espacio monocromático, pues su variedad de tonos, o como los acabados de los mismos y sus diferentes formas de presentarse lo hacen un espacio poco cargado y para nada demasiado plano e impersonal.
A mi me ha encantado…espero que a vosotros os inspire por igual.
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