Por eso, ahora que ha llegado el otoño y a muchos nos entra una especie de ‘ansia’ por la organización, que empieza con el cambio de armario y termina con una revisión a todos los cajones y armarios de la casa, os animamos a aprovechar esa energía para dejar la cocina como nueva.
Claves para hacer una limpieza a fondo
1. Vaciar cajones y armarios. El primer paso para nuestra limpieza en profundidad va a ser meternos con lo que no se ve. Para ello, vaciaremos uno a uno cada armario y cajón, revisando si tenemos alimentos caducados, utensilios rotos o estropeados. También es buen momento para donar, vender o regalar todos esos aparatos que llevan años acumulando polvo. Seguidamente, limpiaremos con agua tibia y jabón neutro, antes de volver a colocar. También puede ser buen momento para replantearte la organización y clasificación de los armarios, mover cosas de sitio, anotar qué falta en la despensa…
2. Limpiar el exterior de los muebles. Cuando hemos terminado con el interior, llega la parte más sencilla, y es limpiar la superficie, para lo que nos aseguraremos de usar un producto adecuado al tipo de material del mobiliario, aunque la mezcla de agua tibia y jabón neutro sirve con cualquiera. Sin embargo, a veces puede ser necesario usar un producto desengrasante, sobre todo en los muebles cercanos a la vitrocerámica.
3. Limpiar los electrodomésticos. Para ello, podemos utilizar productos de limpieza específicos, o una mezcla de agua y vinagre blanco.
4. Limpiar el interior del horno, la nevera y el microondas.
- Para limpiar el horno podemos usar una pasta hecha con agua y bicarbonato para todo el interior. Dejaremos actuar un rato y después aclararemos. Si fuera necesario, aplicaríamos un producto desengrasante. Por su parte, las rejillas y las bandejas podemos dejarlas en remojo con agua caliente y jabón de lavavajillas.
- Para limpiar el microondas pondremos un limón partido por la mitad con un poco de agua. Lo calentaremos dos minutos para que genere vapor. A continuación, dejaremos reposar hasta que el agua se haya evaporado para, después, limpiar con un paño.
- Para limpiar el frigorífico pondremos en un recipiente medio litro de agua tibia y tres cucharadas de bicarbonato. Con una esponja aplicaremos la mezcla por las paredes y dejaremos actuar unos minutos. Después, aclararemos con un paño. También podemos aplicar el mismo procedimiento en el congelador, pero para ello tendremos que vaciarlo previamente y esperar a que se derrita el hielo o escarcha. Esto último lo podemos acelerar con un cuenco de agua caliente.
5. Limpiar la campana extractora. Desmontaremos las placas de los filtros de la campana. Después, pondremos a hervir agua con vinagre blanco durante una hora, pues el vapor generado hará que la grasa se ablande. A continuación, con un paño limpiaremos todo el interior de la campana. En cuanto a los filtros, los meteremos en el lavavajillas o los limpiaremos con agua y un producto antigrasa. El exterior lo limpiaremos con un paño y un desengrasante.
6. Limpiar la vitrocerámica. Aunque la placa es algo que tenemos que limpiar de forma habitual, recordamos que para su limpieza debemos emplear un producto específico para este tipo de superficies y un rascador.
7. Limpiar la encimera. En este caso dependerá del tipo de material que la forme (cerámica, piedra, madera…). Así, los momentos de limpieza a fondo pueden ser los ideales para revisar posibles desperfectos, revisar el estado de las uniones, aplicar aceite sobre las encimeras de madera…
8. Limpiar el fregadero. En este caso también dependerá del tipo de material, aunque lo más común es contar con un fregadero de acero. En este caso, podemos aplicar vinagre blanco con una esponja por toda la superficie del fregadero, para después aclarar. Además, la clave para que este tipo de fregaderos permanezcan siempre limpios, es secarlos después de fregar los platos, para que no queden gotas o restos de agua. Asimismo, utiliza un cepillo de dientes viejo para limpiar los bordes del fregadero.
9. Limpiar azulejos. Para la limpieza general de los azulejos nos puede valer con una mezcla de agua y jabón líquido. En el caso de que haya grasa incrustada o hayan perdido el color blanco, podemos utilizar amoniaco para una limpieza más profunda. Además, el amoniaco también nos servirá para las juntas.
10. Limpiar el suelo. Terminaremos con otro de los procesos que deben formar parte de la limpieza habitual, y es barrer y fregar el suelo de la cocina.
Por último, finalizamos el artículo con algunas ideas de inspiración para aprovechar esta limpieza a fondo para reorganizar vuestra cocina:
Esperamos que estas claves para la limpieza a fondo de la cocina os hayan resultado útiles. Nos vemos en el próximo post de Vivienda Saludable.