Limpiar la cocina es el “lado oscuro” de cocinar. Sencillamente no apetece. Vale, vale, lo entiendo. Pero tendréis que convenir conmigo que en una cocina limpia y ordenada es más fácil cocinar. Es más, mantener las superficie, los armarios, los utensilios,… limpios nos ayudarán a cuidar nuestra salud.
Imaginaos que tenemos el cubo de basura a rebosar. Aparte de que resulta desagradable a la vista ¡olerá como mil calcetines sucios!.Imaginaos que el esparto de fregar está sucio y que en cualquier momento las bacterias se van a poner a bailar. Malo, malo para la salud.
Imaginaos que vuestra campana de la cocina está tan llena de grasa que en cualquier momento va a empezar a gotear sobre la encimera o incluso puede llegar a caer al suelo. Ya no sería sólo una preocupación estética. También se trata de seguridad. Si te cae un poco de aceite en el suelo y no lo limpias puedes resbalar.
Imaginaos …
No nos gusta imaginar una cocina así de sucia ¿verdad?. Además, si mantenemos limpios la campana extractora, el lavavajillas, la tostadora, la cafetera, el robot y otros electrodomésticos, funcionarán de manera más eficiente y se estropearán menos. La eficiencia significa una vida más larga.
Mantener limpia nuestra cocina (¡y el resto de nuestra casa!) es importante por muchas razones. Razones que tienen que ver con la salud, la economía, … nos costará 15 minutos al día tener la cocina ordenada. Unas pocas migajas frente a la tostadora no son nada para obsesionarse pero eliminemos los hábitos negligentes que pueden afectar a nuestra salud y a nuestro bolsillo y además estaremos enviando un mensaje positivo a nuestros hijos.
Es importante recordar también que los profesionales de la salud afirman que puede haber algo de relajante e incluso meditativo en realizar la limpieza doméstica.
Permitidme unos sencillos consejos y medidas preventivas y, antes de que os deis cuenta, vuestra cocina estará mucho más limpia y menos desordenada.
Consejos generales para mantener limpia la cocina
Que cada utensilio en la cocina tenga un lugar para guardarlo. Si cada utensilio, o electrodoméstico, está limpio y guardado en su sitio, cuando lo necesitemos lo encontraremos rápidamente y en perfecto estado de uso. Por ejemplo, si tenéis un cajón en el que guardáis papel de aluminio, papel de horno, film transparente, etc. si después de cada uso lo volvéis a guardar en el mismo sitio siempre los tendréis a mano. Guardadlos en su sitio inmediatamente lo hayáis usado para tenerlo disponible la próxima vez que lo necesitéis.
Identificad qué “puntos negros” tiene vuestra cocina, donde es más fácil que se acumule el desorden y despejadlo cada día.
Intentad terminar cada día con un fregadero limpio y vacío. Si utilizáis lavavajillas a diario ponedlo por la noche y descargadlo a primera hora de la mañana siempre que os sea posible.
Limpiad los cacharros de cocina que vayáis utilizando cuando estáis cocinando. En los momentos que estáis esperando a que algo termine de guisarse, freírse, etc. aprovechad para ir recogiendo. Si lo que cocináis tiene tiempos muertos ¡aprovechadlo! Cuando terminéis de comer tendréis mucho menos que recoger, limpiar y fregar.
Consejos para la limpieza
Si se os quema una sartén, poned un poco de agua en ella y un poco de lavavajillas. Llevad el agua a ebullición y dejad que se enfríe en la sartén. Veréis que los restos de alimentos quemados saldrán con facilidad.
Si se os derrama la comida en el piso del horno, espolvoread un puñado de sal sobre el alimento derramado. El humo se reducirá y será más fácil de limpiar cuando el horno se enfríe.
Si vuestro horno no es autolimpiante, raspad los derrames grandes, luego rociad con limpiador el horno, cerrad la puerta y dejadlo reposar durante toda la noche para que el limpiador sea más eficaz. No obstante comprobad las instrucciones del producto.
Para limpiar vuestro microondas, mezclad 2 cucharadas de zumo de limón o vinagre y 2 tazas de agua en un recipiente de vidrio apto para microondas. Poner el microondas a temperatura alta durante dos o tres minutos. Quitad el tazón y limpiad las paredes del microondas con papel de cocina.
Haced vuestros propios productos de limpieza
Para limpiar los cristales, mezclad 1/3 de taza de vinagre y 1/4 de taza de alcohol para limpieza en una botella con atomizador (de 1 litro aproximadamente) y terminad de llenar la botella con agua. Esta mezcla dejará relucientes los cristales. Pulverizad y secad.
Si mezcláis un poco de bicarbonato de sodio (muy utilizado en repostería) con agua, limpiaréis fácilmente las manchas de café.
Usad un limón cortado por la mitad y espolvoreado con sal para limpiar el cobre.
Y para limpieza en general, mezclad 1/4 de taza de bicarbonato de sodio con un litro de agua tibia. ¡Os asombrará!
Prevenir mejor que tener que limpiar después…
MANTENED SIEMPRE LIMPIOS el fregadero, el frigorífico, las tablas de cortar y la encimera. De este modo reduciréis el riesgo de proliferación de bacterias
GUARDAD TODOS LOS UTENSILIOS DE COCINA EN SU SITIO. ¿Sabéis que sólo usamos el 20 por ciento de los utensilios que tenemos en casa el 80 por cien del tiempo? Cualquier utensilio o electrodoméstico que no uséis, al menos durante una semana, no se os ocurra dejarlo en el banco de trabajo. Os molestará y se os ensuciará.
LIMPIAD LA ENCIMERA DESPUÉS DE CADA USO. Es más fácil limpiar la encimera si lo hacemos después de cada uso.
NO LO DEJÉIS TODO PARA EL FINAL …. Los cacharros, utensilios, platos… que utilizáis mientras cocináis, dejadlos en el fregadero con agua jabonosa y caliente hasta que podáis fregarlos después de comer o si tenéis un momento mientras cocináis.
LIMPIAD EL FRIGORÍFICO UNA VEZ POR SEMANA. Una vez a la semana revisad la nevera y hacedle una limpieza ligera. Una vez al mes sacad todos los alimentos del frigorífico y limpiad el interior con agua jabonosa tibia. Limpiad todos los estantes y bandejas. Cuando volváis a guardar los alimentos verificad las fechas de vencimiento y desechad los alimentos caducados. ¿Habéis comprobado alguna vez que dejar que una lechuga se pudra en el cajón de las verduras hace que el resto se pudra inmediatamente? Adoptar un enfoque proactivo en el correcto mantenimiento de los alimentos, nos ayudará a ralentizar su deterioro. Desechad los alimentos en mal estado de inmediato.
LIMPIAD LA DESPENSA O LOS ARMARIOS DONDE GUARDÉIS COMIDA UNA VEZ AL MES. Sacad todos los alimentos de la despensa, limpiadla con un paño limpio y húmedo, después verificad las fechas de vencimiento de los alimentos envasados o enlatados y luego volved a colocar los alimentos.
Estos consejos de limpieza de cocina no son exhaustivos. Pero son un gran comienzo para mantener vuestra cocina limpia.