Para mantener una actitud responsable con respecto al consumo energético en nuestro hogar y controlar que no se dispare, es necesario adoptar ciertas medidas. Trabajar para lograr un buen aislamiento de nuestros interiores y cambiar algunos de nuestros hábitos domésticos son dos de las más importantes.
El aislamiento, clave en el control del consumo energético
Si durante la época estival el buen aislamiento de la casa impide que entre el calor del exterior, en invierno evita las pérdidas de calor. En ambos casos, el resultado es una temperatura interior mucho más confortable y un menor consumo energético, ya que tanto el aire acondicionado en verano como la calefacción en invierno trabajan menos para lograr la temperatura de confort.
Para lograr el aislamiento óptimo, además de usar materiales especiales en la fachada y la cubierta de los edificios, hemos de procurar que nuestras ventanas y puertas cierren correctamente. Lograr que nuestra casa sea lo más hermética posible nos ayuda a impedir que las condiciones del exterior alteren nuestra temperatura interior. Casi el 30 % del nuestro consumo eléctrico se va en tratar de lograr esta temperatura agradable tanto en verano como en invierno.
Cómo blindar tu casa al calor del exterior
En este caso, siempre hay cosas que podemos hacer para mejorar la situación y el consumo energético de nuestra casa, como poner burletes o tiras de goma especiales en las ventanas para que sean más herméticas. Puede que te parezca una medida precaria, pero resulta efectiva.
Si tus ventanas están en un punto de no retorno y necesitas cambiarlas sí o sí, infórmate de todas las novedades que existen. Es preferible invertir un poco más y conseguir unos cerramientos realmente eficientes, capaces de aislar tu casa de forma total. Puedes instalar, por ejemplo, cristales de baja emisividad, que “repelen” el calor del exterior evitando que entre en casa, con lo que puedes llegar a reducir el consumo energético hasta en un 45 %.
Y procura acabar con los puentes térmicos que pueden echar a perder tu aislamiento. Son esos puntos de la fachada, cerramientos o tejado por los que se fuga el calor en invierno y por donde entra en verano. No les des tregua.
Cambia tus hábitos en verano, si son poco “eficientes”
Además, haz un buen uso de los electrodomésticos, aunque esta recomendación es válida para cualquier momento y época del año. Puedes, por ejemplo, no caer en el llamado consumo energético fantasma; que, por cierto, no es otra cosa que dejarse los electrodomésticos enchufados, aunque estén apagados (ya sabes que siguen consumiendo energía). Para luchar contra el consabido stand by lo mejor es instalar regletas con interruptor, que te facilitan desconectar totalmente de un plumazo todos los electrodomésticos enchufados en ellas.
Si sigues estos consejos (algunos o todos) seguro que conseguirás reducir de forma significativa el consumo energético de tu casa. ¡Ya lo verás!
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.