El patchwork en cualquiera de sus diferentes técnicas y estilos, como artesanía o formando parte de la propia cultura, se practica en la mayoría de los países del mundo. La mayor tradición se encuentra en los países nórdicos, donde las bajas temperaturas hicieron del patchwork una necesidad.
Tenemos vivos ejemplos en Japón, Australia, Norteamérica? donde es conocida la utilización que los pueblos amish hacen del patchwork para la confección de sus propios vestidos y ropa de cama.
En España esta técnica del reciclaje de telas se denomina almazuela.
Si la colcha está completamente confeccionada y acolchada a mano puede alcanzar un alto precio. Con más de doscientas horas de trabajo... ¡multiplicad!
En cualquier caso, las colchas de patchwork realizadas a mano son verdaderas obras de arte que, generalmente, se heredan de madres a hijas y se conservan por generaciones. En algunos casos llevan telas que han pertenecido a prendas de integrantes de la misma familia, por lo que se comprende el gran valor sentimental que adquieren.