Hay muchas cosas que pueden hacerse para conseguir que tu casa no se convierta en un horno durante las olas de calor que azotan nuestro país durante el verano. Si no puedes irte de vacaciones a destinos más frescos, y tampoco puedes estar todo el día al borde de la piscina, lo mejor es que pongas en práctica algunas de estas recomendaciones. Verás como el termómetro de tu casa desciende unos cuantos grados.
¿Quieres tener una casa más fresca este verano?
Y que conste que no estoy en contra en absoluto de la moderna tecnología de la climatización, ¡faltaría más!. De hecho, me encanta. Pero creo que si tratamos de mantener nuestra casa lo más fresca posible, podremos usar menos el aire acondicionado y de una manera más eficiente, con lo que ahorraremos energía y dinero.
Al final, te darás cuenta de que no se trata de hacer cosas muy difíciles ni de sustituir todas las ventanas de la casa, sino de hacer algunos pequeños cambios que después notaremos de forma muy positiva en la temperatura interior.
Todo por el aislamiento
Ya sabemos que cambiar las ventanas de toda la casa es increíblemente caro, y que ni te apetece ni puedes meterte en esos berenjenales en este momento. Lo que sí puedes hacer es aislar tú mismo las ventanas, en caso de que sean correderas, instalando una junta en el perfil de cierre. Hacer esto es muy sencillo y barato, y conseguirá que tus ventanas sean más herméticas y no se escape por ellas el frío del aire acondicionado (ni tampoco entre el calor de fuera).
Ponle barreras al calor
Unas buenas persianas bajadas a tiempo pueden reducir la temperatura de un ambiente en varios grados, lo que se traducirá en un ahorro en el consumo de aire acondicionado.
Si tienes que cambiar las persianas de tus ventanas, elige unas de lamas de aluminio con aislante incorporado. También puedes aislar tus viejos tambores de las persianas para evitar que entre calor por ellos. Ábrelo y, si no está aislado, hazlo con lana de roca u otro material aislante.
Los toldos, grandes aliados
Así que, si no dispones de toldos, quizás ha llegado el momento de plantearte instalar uno o dos en las ventanas más expuestas al sol, o en las cristaleras más grandes. Si te decides, elige uno de un color oscuro (será más efectivo) y opta por un modelo de los que, una vez recogidos, quedan guardados en una caja metálica. Eso los protege en invierno y te durarán mucho más tiempo.
Tu aparato de aire acondicionado, siempre a punto
Es muy importante mantener el equipo de aire acondicionado en perfectas condiciones. Requiere un mantenimiento mínimo para funcionar correctamente y ser más eficiente. Una vez al año tendrás que limpiar los filtros. Si tienes un sistema Split, saca los filtros y lávalos con agua y un cepillo, y finalmente deja que se sequen.
En caso de que tu sistema de aire acondicionado sea más complejo, como los de conductos, puedes encargar el mantenimiento a una empresa especializada, si no todos los años, sí cada dos, por ejemplo.
Recuerda que todas estas cosas te ayudarán a conseguir que tu casa esté más fresca en verano. ¡Así, no habrá ola de calor que pueda frenarte!
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