Todos estamos deseando que llegara el calorcito y yo la primera (soy como los lagartos, jajaja) no lo puedo negar me gusta el calor, los días largos, las terrazas de los bares y sobre todo la de mi amigo Jandro en su bar de Moratalaz que es la única del todo el barrio que está genial, corre el fresco, serán sus tapas o su pedazo de jarra de cerveza totalmente congelada, se está a gusto y tranquilos todos, los peques no corren peligro con los coches ¡qué tardes y noches más buenas!
El único inconveniente que hay en esta época del año que a todos nos saca de nuestras casillas son, si amigos, os lo estáis imaginando, los pesados de todos los años que han vuelto y parece que cada año están más guerreros y pesados, nuestros “amigos”… ¡las moscas y mosquitos! Te los encuentras ya en todas partes, es lo único del calor que no me gusta, pero cada cosa tiene su precio como dice mi madre.
Pues todo lo anterior lo tenemos solucionado con estas trampas para insectos que te explicamos cómo hacerlas con los ingredientes que todo el mundo tiene en casa, son baratas y fáciles de realizar.
Trampa de agua, levadura y azúcar:
En un cazo calentamos dos vasos de agua con seis cucharadas de azúcar, mientras cuece vamos cortando una botella de plástico por la mitad, dejamos enfriar y añadimos la levadura.
La mezcla anterior la echamos dentro de la botella y con la parte de la boca taparemos la botella, por último la cubriremos con una bolsa negra o un calcetín viejo del mismo color. Al cabo de una semana mira tú trampa para insectos casera, seguro que está llena de cadáveres.
¿Aliñamos la trampa con vinagre?
Con la botella procedemos de la misma forma que la trampa anterior, y para la mezcla solo necesitamos dos cucharadas de jabón líquido (vale el que tengamos en casa), medio vaso de vinagre y medio de agua, cuando esté lista la colocaremos en la mesa o en cualquier estancia de la casa que queramos estar tranquilos sin moscas y mosquitos.
Ambientamos la casa con clavos de olor:
Esta especia aparte de cocinar con ella también nos sirve como un repelente para insectos gracias al olor tan particular que desprende.
Hay varias formas de usarla. Una de ellas es en un cuenco o bol bonito que tengamos pondremos un puñado de clavos de olor y a las moscas las perderemos de vistas. Pero por el contrario si queremos hacerlo más intenso y que nos sirva como un ambientador natural lo único que tendremos que hacer es clavar unos cuantos de ellos en la piel de una naranja o también los podemos clavar en medio limón o media lima, ni rastro de las moscas.
A decorar con plantas las ventanas de la casa:
Otra posibilidad que tenemos para ahuyentar a los insectos si somos de los que nos da pena matar a los bichitos, es con plantas aromáticas, son plantas con olores particulares como la hierbabuena, el incienso, la albahaca, la citronela, etc. Son por si solas ahuyentadores de insectos, solo tendremos que colocar en las ventanas nuestra preferida por su olor o por su belleza y estaremos libres de insectos.
¡A cocinar la papilla!
Esta trampa para insectos es muy dulce por los ingredientes que la forman, bastará con que mezclemos dos cucharadas de miel (también vale el sirope de arce) con dos o tres cucharadas de harina de maíz, formaremos una papilla muy dulce. La pondremos en boles o tazas (según nuestros gustos) y la repartiremos por todas las habitaciones de la casa.
Relajamos y perfumamos el ambiente:
Este es otro de los repelentes que podemos usar en vez de utilizar las trampas para insectos, viene genial si estamos en la terraza o en el jardín de nuestro chalet, es la más sencilla de todas y que no tiene complicaciones a la hora de elaborarla, ya que solo necesitamos unas cuantas varillas de incienso, cerillas (tenemos que tener cuidado y apagadlas bien) o un mechero para encenderlas, los insectos odian el humo y los mantendremos a raya.
Personaliza tu repelente de mosquitos para el bolso:
Los materiales que necesitamos son:
1 Botella de spray o bote de plástico de unos ml.
2 y 1/2 cucharadas de agua mineral (también vale hervida).
2 cucharaditas de café de aceite portador (yo uso el de almendras).
2 cucharadas de agua de hamamelis (la encontraremos en cualquier supermercado).
15 ó 20 gotas de cualquier aceite esencial (combinamos los que más nos gusten).
Otras veces yo he utilizado las siguientes mezclas: 10 gotas de geranio, 5 gotas de lavanda, 5 gotas de romero. 10 gotas de lavanda, 4 gotas de madera de cedro, 6 gotas de patchouli. 10 gotas de limón, 5 gotas de menta, 5 gotas de eucalipto; si bien estas esencias y cantidades depende de la intensidad y gustos olfativos.
Fuente: este post proviene de Cocina fácil con Parmelia, donde puedes consultar el contenido original.
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