El proceso es muy sencillo. Como siempre, hay que empezar por quitar los restos de polvo y suciedad que pueda tener la superficie, y cubrir el suelo con papel para no manchar nada. Una vez hecho esto, la autora de Sonrisas de papel optó por pintar la papelera entera con una base de Pintyplus Chalk Paint en color piedra. Puedes dar tantas capas como quieras, siempre que lo hagas de forma suave. Tampoco tienes que esperar entre capa y capa, puedes hacerlo sin pausa hasta que cubra completamente el color original.
Después dejó secar el color base (aproximadamente 1 hora) y cubrió las zonas que no quería pintar con topos adhesivos de distintos tamaños. Usó también la cinta de pintor para cubrir la base y el borde superior. Cuando lo tuvo listo, aplicó el segundo color, en este caso con un turquesa precioso de la misma gama Pintyplus Chalk. Pasado 1 minuto, retiró los adhesivos y la cinta de carrocero aún con la pintura mordiente.
Como veis, el resultado no tiene nada que ver con lo que era. Ahora es una papelera fresca que invita a tomarse las cosas con una sonrisa, tal como lo hace Sonrisas de Papel con todo lo que hace. ¡Atrévete a probar!