1. El bicarbonato es un potente aliado contra los malos olores. Si tenemos alguna mancha en el colchón, podemos frotarla con un paño y un poco de jabón. Luego, para evitar que los malos olores permanezcan, tendremos que verter un poco de bicarbonato, esperar 5 minutos y aspirar todo. De esta sencilla forma, mantenemos el colchón libre de manchas y olores sin mucho esfuerzo.
2. Otro remedio casero combina el bicarbonato con el aceite de lavanda o eucalipto. En esta ocasión, debemos poner en un cuenco un poco de bicarbonato y aceite esencial. Después, con ayuda de un colador, repartiremos la mezcla por toda la superficie del colchón y, dos horas después, solo tendremos que aspirar todo muy bien. Así conseguimos limpiar y desinfectar en un solo gesto.
3. Los expertos afirman que lo ideal es voltear o girar el colchón cada seis meses para evitar que se deforme. Con estos plazos debemos ser especialmente cuidadosos si en el colchón duermen dos personas con un peso muy diferente. Además, miraremos la composición, puesto que si solo tiene viscoelástica por un lado, tendremos que girarlo, jamás voltearlo.
4. Si has optado por un colchón de látex o de espuma, debes tener más cuidado a la hora de moverlo y voltearlo. En estos casos, se recomienda darle la vuelta cada tres meses y siempre debemos elegir un somier de madera laminado para favorecer su transpiración todo lo posible.
5. Al menos una vez a la semana, debemos hacer un cambio de sábanas y ropa de cama para estar más a gusto y evitar problemas de ácaros y polvo. Ese día, aprovechando que la cama está desnuda, debemos ventilar al menos 15 minutos la habitación (también recomendamos retirar las fundas protectoras del mismo, que, por otro lado, deben ser transpirables).
Todo esto nos ayudará a prolongar la vida útil de nuestro colchón pero, en cualquier caso, es aconsejable renovarlo cada 10 años como máximo. Es en este momento en el que podemos aprovechar para escoger el modelo que mejor se adapte a nuestras necesidades. Aunque lo mejor es acudir a una tienda y probar todos los colchones con tiempo para ver la dureza que más nos gusta. Aquí os dejamos los materiales más populares y algunas de sus características básicas.
La espuma es el componente más tradicional y se sigue usando en los cuartos de los más pequeños, puesto que al tener poco peso la deformación es mínima. Suelen ser los modelos más económicos, aunque también los de menor calidad.
Los muelles son la estructura más utilizada, podemos encontrar durezas muy diversas que se adaptan muy bien a nuestro cuerpo. En la mayoría de los casos los encontramos combinados con otros materiales más modernos, como la viscoelástica o el látex. Si vamos a decantarnos por un modelo mixto, debemos comprobar que la capa mide al menos 3 centímetros para ser eficaz y mejorar nuestro descanso.
Cerramos el reportaje con una reseña sobre los colchones de látex, que están mucho menos extendidos que estos últimos. Aunque son muy flexibles y se adaptan muy bien a nuestro cuerpo, pueden traer problemas de alergias, polvo y malos olores si no cuentan con la ventilación adecuada o no reposan en un somier de madera.