No te pierdas esta completa guía de errores y aciertos para el perfecto mantenimiento de tu colchón, ese que prolongará su vida útil más allá de lo que te puedas imaginar. ¡Empezamos!
Errores, aciertos y consejos para el correcto mantenimiento de colchones
Si eres de los que, haciéndose eco de los remedios de la abuela, limpia el colchón en seco, con bicarbonato o cualquier producto químico, debes saber que posiblemente estés dañando tanto la superficie como las capas interiores de forma irreparable. Su limpieza es complicada, por ello os recomendamos utilizar fundas protectoras de calidad, es decir, transpirables y que no cubran la parte posterior del colchón para su correcta aireación.
No obstante, si ya es demasiado tarde y las manchas han hecho acto de aparición, la mejor solución es la más sencilla, un poco de agua, jabón ¡y a frotar! Eso sí, intenta no empapar demasiado el colchón y deja que se seque completamente antes de hacer la cama para evitar el desarrollo de moho.
En cuanto a las manchas de orina, existen productos específicos en el mercado bastante efectivos y de fácil aplicación.
Tampoco lo golpees para eliminar los pelitos, las pelusas o el polvo que se puedan adherir a la superficie. Siempre con delicadeza, intenta coger las pelusas y pelitos uno a uno con la mano o pasar un trapo ligeramente húmedo para retirar el polvo.
Lo que sí puedes hacer, una o dos veces al mes a ser posible, es aspirar delicadamente la superficie, de esta forma evitarás la acumulación de polvo y ácaros.
La ventilación también es esencial, no solo cuando empleas agua en su limpieza o recién desembalado, sino cada día. Unos 5 o 10 minutos antes de empezar a hacer la cama abre la ventana y deja que el aire purifique tu habitación y, por supuesto, también tu colchón.
Mientras ventilas el dormitorio, cada tres meses, aprovecha esos minutos para girar y dar la vuelta al colchón: de izquierda a derecha y de delante hacia atrás (ver imagen posterior). Así evitarás que el colchón se deforme o desgaste más por unas zonas que otras y prolongarás su vida útil. Aunque, recuerda, por muy bien que lo cuides y sigas estas indicaciones al pie de la letra, es recomendable cambiar el colchón, mínimo, cada 10 años.
Desayunar en la cama es un placer, pero, si quieres que tu colchón no sufra más de lo necesario, intenta no comer ni beber o fumar más que en contadas ocasiones.
De la misma forma, deberás prescindir de dormir con tu mascota, saltar encima de la cama o apoyar objetos pesados o punzantes sobre ella.
Otras cuestiones importantes a tener en cuenta
Si ha llegado la hora de cambiar de colchón, prueba diferentes opciones antes de inclinarte por uno. Lo más cómodo es ir a un establecimiento, como Conforama, en el que encuentres una amplia gama de modelos y marcas. Túmbate en cada uno de ellos alrededor de 10 minutos y no te dejes llevar por impulsos de los que te puedas arrepentir en un futuro.
Además, la base debe cubrir al menos el 60% de su superficie y no debes colocar ninguna tabla entre esta y el colchón.
Por último, dejamos dos cuadros con toda la información descrita anteriormente para que puedas guardarlos y consultarlos siempre que lo necesites:
¡Hasta la próxima!