El precio de los alquileres, las dificultades que existen para comprar una casa… Son muchos los factores que hacen que nuestras viviendas no sean tan grandes como nos gustaría. El problema (o no) surge cuando comenzamos a vivir en pareja en una casa pequeña. Aquí van algunos consejos para aprender a compartir el espacio.
Vivir en pareja tiene muchos beneficios cotidianos, especialmente para aquellos que creen en el amor. Además de lo esencial -que es el cariño, la pasión, la compañía y la alegría de compartir nuestra vida con alguien a quien amamos-, hay otras ventajas. Las tareas domésticas, por ejemplo, se llevan mejor entre dos. También el tedioso trabajo de hacer la compra y cocinar.
Sin embargo, si eres un espíritu libre e independiente y te cuesta compartir tu espacio vital, vivir en pareja en una casa pequeña puede conllevar ciertos problemas cotidianos. Y, a la larga, eso puede ser muy dañino para la relación.
Pero como todo se puede solucionar con buena voluntad y un poco de imaginación, hoy vamos a darte algunos consejos, sencillos pero realmente efectivos, para vivir con tu amorcito en tu pequeño nido de amor sin tiraros los trastos a la cabeza a la mínima de cambio.
Vivir en pareja respetando el espacio del otro
Todos y cada uno de nosotros tenemos virtudes y defectos, nadie es perfecto. Algunas personas comparten sin problemas, mientras que a otras les cuesta más trabajo. En especial aquellos que necesitan tener su espacio, sus cosas sin que nadie las toque, etc. Esto, si la casa que comparten con su pareja es pequeña, puede resultar realmente peliagudo.
Cuando vivimos solos nos organizamos la mar de bien. Tenemos nuestra manera de hacer las cosas, nuestros propios sistemas de orden y organización y todo funciona de maravilla. El problema llega cuando hay alguien más que no comparte siempre nuestro punto de vida. Que organiza, hace y deshace a su antojo según sus propios esquemas. Estas son algunas recomendaciones para resolver la situación.
Un sentido de lo estético común para ambos
Una manera de fortalecer la relación con tu pareja es tratar de buscar lugares comunes que compartáis sin problemas, también a nivel estético. Puede que no todo lo que le gusta a él o ella te gusta también a ti. Eso es evidente.
Sin embargo, es positivo tratar de encontrar cosas que os gusten a los dos. Buscar esquemas estéticos que os inspiren a ambos, y también reafirmaros en cosas que los dos veis espantosas.
Fomentar estas coincidencias que seguro que existen es una clave importante para caminar hacia el consenso en casa.
Hacer sacrificios será necesario
Cuando dos personas deciden irse a vivir juntos en una casa pequeña será imprescindible negociar quien aporta qué a la pareja. Es decir, si ambos viven por separado, en el momento en que comparten un mismo espacio tendrán que elegir entre dos camas. También entre dos sofás, dos muebles de salón o dos mesas de comedor.
Mi consejo es tomarse el asunto con calma y ver qué cosas podéis quedaros y qué cosas habrá de desechar. Cada uno de vosotros tendrá que renunciar a algo. Será necesario ver qué muebles y objetos armonizan entre sí y cuáles no.
Y no dudéis en poner a la venta todo aquello que no os quepa en casa. Hay miles de tiendas físicas y online de segunda mano donde dar salida a todos estos objetos.
Buscar espacio para uno mismo
Es muy importante para la relación que cada uno de vosotros tenga su propio espacio. Si uno se instala en casa del otro, este último ha de procurar que el recién llegado tenga el sitio necesario en todas las partes de la casa. Ha de hacerle hueco en el baño, en el salón y el dormitorio. Esta es la verdadera solución para que el espacio sea compartido de verdad.
Y ambos miembros de la pareja pueden hacer un esfuerzo por tratar de entender al otro. Pensar en las cosas que no soporta para intentar evitarlas, lo que supone un esfuerzo importante por facilitar la relación y mejorar la vida en pareja.
Un armario para dos
Llegamos a uno de los escollos de vivir en pareja en una casa pequeña: compartir el espacio disponible en los armarios de la casa. Y es que en una vivienda en la que los metros escasean un armario es un tesoro. Compartirlo no es fácil.
La clave para hacerlo sin discutir es dividir el espacio de una manera equitativa, optimizando cada centímetro con los accesorios necesarios con cajas, colgadores y complementos de interior.
Y en cuanto a las compras, si vivís en una casa pequeña y no os sobra ni el espacio ni el dinero, tendréis que ser muy cuidadosos con el uso que hacéis de vuestra tarjeta bancaria. Las compras más importantes para el hogar han de ser discutidas en común y aprobadas por los dos miembros de la pareja. Un consejo: pensad si realmente esas compras sobre las que no os ponéis de acuerdo merecen una pelea.
Dejad atrás el pasado, pensad en el futuro
Poco importa cómo hacías tú las cosas cuando vivías solo. O antes, incluso, cuando vivías en casa con tus padres y hermanos. Lo bonito de formar una nueva familia, de vivir en pareja con alguien a quien amas de verdad, es hacer las cosas juntos de forma distinta.
Establecer una nueva manera VUESTRA de organizar las cosas en casa. Ir adquiriendo nuevas costumbres como pareja. Un reto, sí, pero también una aventura maravillosa que merece la pena disfrutar. ¡Buena suerte!
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.