Lo importante es delimitar claramente la zona de descanso de la de juegos, no importa si la habitación es grande, pequeña o de tamaño medio. Una simple mesita y unas sillas, junto con una estantería provista de cestas o cajones para almacenar juguetes y baldas para colocar libros, es suficiente.
Para acostumbrar a nuestros hijos a ordenar sus cosas es preferible que el mueble de almacenaje no sea muy alto y las cosas estén a su alcance, así, una vez que terminen de jugar, les va a ser más fácil ordenar sus cosas.
Además de espacio para juguetes podemos colocar, como ya he comentado antes, unas baldas para sus libros, cerca de la mesita, de esa manera vamos fomentando el hábito por la lectura.
Una solución decorativa que funciona muy bien es pintar la zona donde se ubica el espacio de juego de un tono distinto al resto de paredes de la habitación, dentro de la misma gama cromática. También podemos pintar una de las paredes con pintura de pizarra para que puedan desarrollar su creatividad.
Una buena idea también es disponer de una alfombra y cojines de suelo, porque ya se sabe que a los críos les encanta tirarse a jugar por el suelo y de esa manera evitamos que se enfríen.
Os dejo con algunas fotografías para que os inspiréis.