7 Errores a evitar cuando pintes tus muebles
Un proyecto de Robinson Vannoort
#1. Comprar un producto de "dudosa" calidad
Vamos a ver, si nos estamos ahorrando comprar una mesa, cómoda, silla... nueva ¿Por qué limones vamos a comprar una pintura barata que no sabemos el resultado que nos va a dar?
Si de verdad quieres hacer este proyecto, compra una pintura específica para ese uso (a ser posible de una marca de tu confianza), y siempre asesorándote bien en la tienda sobre si es la pintura más idónea para ese mueble.
No es lo mismo una silla de terraza que una mesita para un dormitorio. Tampoco es igual si pintas madera, que si lo haces sobre por ejemplo, hierro o fornica.
Aplicaremos esta misma ciencia incierta (compra bueno, y quedarás contento) para la IMPRIMACIÓN y la SELLADORA del final.
Ya sabéis que PINTAR CON PINTURA A LA TIZA, hace que nos ahorremos este paso de imprimar y después aplicar selladora. Pero, si la base del mueble es muy oscura o queremos un acabado más profesional, yo no me saltaría ninguno de los dos pasos.
Los que se lo perdieron pueden ver lo bien que resultó en mi propia casa pintar puertas con pintura a la tiza. ¡Lo volvería a hacer sin ninguna duda! ↓↓↓↓↓↓
Maribel Martínez Una Pizca de Hogar
#2. Tener prisa por comenzar
Después del 1, va el 2 y luego el 3...
No te lances a pintar así a la aventura sin preparar antes varias cosas. Una de ellas es la pieza.
Si es un mueble que has encontrado en la calle, rastrillo, etc... por favor LÍMPIALO bien, que la pintura no va a ser capaz de camuflar toda esa "merder" que trae.
Si es una pieza con grasa, manchas o bichitos, con más razón.
Por tanto, antes de pintar sanear ( si hiciera falta), y una limpieza a fondo (con desengrasaste incluso si fuera necesario).
Mira cómo se encontró María esa puerta en la calle y todo lo que hizo en la puerta antes de que luciera así de guapa. De vieja puerta de cristal a original espejo vintage.
Fotografía María Dr. Livinghome
Fotografía María Dr. Livinghome
#3. Descartar la idea de desmontar partes o piezas
Imagina que es una cajonera y que trae unos bonitos tiradores que no vas a pintar. O que se trata de una puerta, y los herrajes van a lucir tal y como están. Acabas antes desmontando la pieza o los accesorios, que medio tapando todo lo que no quieres pintar.
Andar desatornillado cosas es siempre un rollo, pero seguro vas a pintar la pieza con más comodidad y el resultado merecerá la pena.
Por supuesto, aunque esto es para más adelante, te lo digo ya, no se te ocurra poner pomos o tiradores hasta que este TOTALMENTE seca.
Un proyecto de Simply Beautiful by Angela.
#4. Pintar con la ropa que llevas puesta
Que si que vas a ir con mucho cuidado y que no te vas a manchar. Eso me lo se muy bien... Pero te aseguro que por minucioso que seas pintando, no vas a poder evitar el "Choff gotita... Vete tú a saber dónde".
No hace falta que te enfundes en un mono de pintor, pero si que te pongas una ropa que no te importe demasiado ensuciar, y un buen delantal que absorba las manchas (si las hay). ¡No lo cojas de plástico para evitar manchar uno de algodón, porque irás dejando rastro donde toques!
#5. Pasar olímpicamente de la lijadora y su familia
Ahora que ya estamos divinos de la muerte y preparádisimos para trabajar es cuando tenemos que darle a la lija.
Otra vez te asaltarán dudas ¿Lo lijo, no lo lijo? ¡Pero si me han dicho que con esta pintura no hay que lijar?
De nuevo para un acabado perfecto y un agarre ideal de la pintura, una mano de lija suave nunca nos viene mal.
Puedes usar una maquinita si la tienes, o sino, comprar papel de lija. El segundo es más pesado de hacer, pero vamos, tampoco nos vamos a morir del esfuerzo.
Entre pasadas igual también es buena idea volver a lijar, sobretodo cuando se nos ha ido un poco la mano y se ha secado algún chorritón poco estético.
Cuando acabes de lijar, tendrás que retirar el polvo sobrante (acuérdate de hacerlo para no pintar encima). Pasa el trapo o incluso si eres muy perfeccionista recurre a la aspiradora.
Mira en las siguientes fotografías el encanto que se le puede sacar a una pieza antigua haciendo un buen trabajo de fondo, y lijando a posta para realzar el efecto desgaste. Ambos son proyectos de mi amiga Sara, de Tu Cajón Vintage. Una artista en esto de poner en valor piezas con una edad.
Mesita recuperada de Sara de Tu Cajón Vintage.
#6. Tener ansia por pintar
Por favor, pinta ¡DES-PA-CI-TO! (Sí, como la canción pegadiza).
Despacio no quiere decir a cámara lenta, pero si con amor.
Pinceladas suaves, lentas y con mimo. Los brochazos déjalos para los artistas, esto es un proyecto personal y como tal tenemos que esforzarnos por dejarlo perfecto. No tengas prisa, más vale 3 manos bien dadas, que 1 ó 2 con un acabado lamentable.
Cada mueble nos va a pedir una dedicación, eso está claro. No es lo mismo pintar un mueble de fornica, que lacar muchos antiguos... Siempre siempre tendremos que pintar según las instrucciones del fabricante y respetando los tiempos de secado. ¡No se te ocurra meter el dedo aunque parezca seco! Si en la lata dice 3 horas, ¡Pues 3 horas!
Silla decapada de Sara de Tu Cajón Vintage.
#7. Pensar que con pintar ya lo tenemos todo hecho
Estoy convencida de que lo harás, pero no está de más recordarlo. Hay que mirar bien TODOS los lados de la pieza para asegurarnos de que no nos hemos dejado ninguna "mentira".
A veces se nos olvida pintar los cantos o las esquinas más difíciles que se suelen dejar para el final. ¡Acuérdate!
Y luego está el tema de SELLAR. Otra vez depende del acabado que quieras y el tipo de pintura que utilices. Desde luego con la cera del final o los barnices, estamos protegiendo a la pieza durante muchos años.
Pintar relaja, es súper gratificante y además nos permite ahorrar un buen dinero si somos capaces de montárnoslo para ESTRENAR MUEBLES NUEVOS, SIN GASTAR DINERO. Así que, tómate tu tiempo y hazlo bien. ¡Verás como te compensa muchísimo!
Y tú, has probado alguna vez a pintar algún mueble ¿Te ha quedado como esperabas? Estaré encantada de contestar tus dudas o comentarios.