Si estás harto del cabecero de la cama que heredaste, estás de suerte: vamos a enseñarte la cantidad de ideas y posibilidades que tienes a la hora de cambiar éste por uno totalmente nuevo. Incluso puede que toda tu habitación se renueve con ello.
Día a día, la importancia de la que disfruta la decoración es mayor, haciendo que elementos a los que no se les prestaba demasiada atención hasta ayer mismo sean hoy el centro de todas las miradas. Además, el abanico de opciones que se abre ante ti es prácticamente interminable, y si ninguno te convence, tú mismo puedes diseñar tu propio cabecero.
Diferente y actual
Actualmente, una tendencia en auge consiste en eliminar el clásico cabecero y emplear la pared para que ésta ejerza sus funciones. Para ello hay varias posibilidades; una de ellas es dejar la pared totalmente desnuda con la cama pegada a ella, esto incrementará notablemente la sencillez y la espaciosidad de tu cuarto.
Más complicado es situar un murete de obra sobre la cama. Sobre este saliente las opciones de decoración se multiplicarán: desde cuadros apoyados directamente en él hasta libros (usándolo prácticamente como mesilla) o cualquier cosa que se te ocurra. Eso sí, tendrás que recubrir la parte superior para no maltratar los objetos que decidas colocar.
También puedes combinar este murete con unas estanterías laterales. En esta ocasión la profundidad de éste será mucho menor, viéndose reducida su capacidad de albergar objetos, los cuales se verán limitados a pequeños detalles. A cambio, obtendremos mucho más sitio en las estanterías adyacentes.
Gran aspecto, gran almacenamiento
Otra posibilidad es instalar un cabecero-librería; éste te facilitará amplios espacios para poder colocar lo que quieras. Hará que tu alcoba luzca con una fuerza impresionante, sobre todo, si las librerías llegan hasta el techo, produciendo un efecto casi monumental. Tanto librería como cabecero deberán estar hechos a medida.
Si estás buscando algo innovador a la vez que práctico puedes inclinarte por un mueble que una las ventajas del cabecero y de las mesillas. Hechos a medida, optimizarán el aprovechamiento del espacio. También acentuará la horizontalidad de tu cuarto, haciéndolo parecer más ancho.
Vuelta a lo clásico
Es posible cambiar totalmente el aspecto de tu cabecero tan sólo eligiendo el material del mismo. Los de madera, tanto rectos como ovalados, son la opción más socorrida habitualmente, pues resultan elegantes y combinan bien en prácticamente cualquier dormitorio, además de requerir menos trabajo de mantenimiento que otros.
El premio al aspecto más clásico se lo llevan, sin duda, los cabeceros entelados. Son la opción perfecta si lo que buscas es un aire tradicional pero nunca pasado de moda. El único inconveniente es su tendencia a mancharse en exceso y que no tienen un envejecer muy agradecido.
Si preferimos los dormitorios rústicos podemos decantarnos por un dosel con el cabecero hecho de forja en un tono oscuro, una elección ideal para una casa en el campo. Sin embargo, si el resto de la casa no adopta esta clase de decoración lo mejor es eliminar la forja o el dosel, lo que creará un efecto más liviano.
Innovando a tu gusto
Un aspecto más vanguardista, en oposición a estos últimos, lo lograremos con aquellos que están separados del resto de la cama. Estos se sitúan por encima del colchón y pese a que desaparece su función protectora de la cama lo compensan por la originalidad y la estética que te aseguran.
Si quieres ir aún más allá emplea objetos que jamás hubieras pensado usar como cabeceros. Por ejemplo, una red de pescar, una fantástica alternativa que, además, aligerará la percepción visual. Otra idea es estampar tus propias fotos en la tela del cabecero.
En función del material, el estilo o la forma que quieras, seguro que encuentras uno que se acomode a ti. Y si no, échale imaginación y diseña el tuyo propio, por muy atrevido que te pueda parecer, conseguirás el efecto deseado.