La pintura puede convertirse en tu gran aliada si tienes que estirar los metros de tu casa y no puedes meterte en reformas. Sí, has leído bien. Con sólo unas manos de pintura bien aplicadas puedes hacer que tu piso parezca más grande. Lee y toma nota.
Combina el blanco con tonos fríos
Seguro que ya sabes que el blanco es sinónimo de ‘agrandar’ cuando lo utilizas en la decoración del hogar. Y es verdad. Cuando hay espacios pequeños, el blanco es el recurso más utilizado para dar amplitud. Pero no es la única opción.
Los tonos fríos como el verde, el azul, el malva o el ocre también suman metros. Eso sí, debes tener en cuenta la orientación de la estancia para escoger un color u otro. Los tonos fríos van bien en habitaciones que dan al sur y si dan al norte es mejor usar tonos cálidos y claros. En el caso de cuartos orientados al este, lo mejor son los tonos pastel en rosa o amarillo. Pero si la orientación es oeste, es hora de sacar la paleta de los azules y verdes suaves.
Una vez tengas claro el color dependiendo de la orientación del cuarto, usa el mismo para todas las paredes porque así conseguirás continuidad y profundidad. Si puedes, y quieres, también puedes pintar del mismo tono los muebles de la estancia.
El techo píntalo con un tono más claro para evitar el efecto cueva. Aunque si quieres dar una mayor altura visual a tu estancia lo mejor es que lo pintes de blanco. Y si rebajas la línea del techo con una moldura de 10 ó 15 cms del forjado todavía tendrás más sensación de amplitud.
Escoge colores por su luz
Está claro que debes tener en cuenta la orientación de cada estancia para escoger el tono de pintura que utilizarás, pero también influye la luz que tiene cada tono sin importar dónde se coloque. Así que aquí te dejo algunos tonos que, por si solos, iluminan estancias pequeñas.
A.- Blanco: ¡cómo no! Es la opción más segura porque puede reflejar hasta el 80% de la luz. Es el color más luminoso y perfecto para espacios pequeños porque eleva techos y aleja paredes.
B.- Verde agua: natural, fresco y alegre.
C.- Arena: tiene la combinación perfecta: agranda espacios y consigue ese ‘efecto hogar’ que todos buscamos en casa. Eso sí, es muy sensible a la luz y se transforma dependiendo de la intensidad que reciba. Así que si quieres usar arena en tu casa, haz primero pruebas para ver qué tono coge en cada estancia dependiendo de su orientación y luz (puede ir desde los tonos verdosos hasta los azulados).
D.- Azul: otra combinación ganadora: agranda espacios y carga la casa de energía positiva. ¿Alguien da más?
E.- Gris claro: Es elegante y, por supuesto, hace más grandes los espacios. Ideal si lo combinas con muebles blancos o de madera para intensificar su luz.
Respecto a los acabados de los distintos tonos de pintura, hay distintas opciones. Aquí te dejo algunas.
Satinado: es lavable y resiste muy bien los roces y la suciedad, pero se seca muy rápido así que se debe pintar con sumo cuidado para evitar fallos. Refleja mejor la luz que un acabado mate.
Mate Sedoso: es muy bueno en estancias pequeñas porque da profundidad.
Metalizado: refleja muy bien la luz pero no es bueno abusar de él. Lo mejor: aplicarlo en sólo una pared de la estancia.
Estucado: tiene unas aguas nacaradas que multiplican la luz que reciben.
Aprovecha la entrada de luz natural
Tus ventanas son una fuente de energía y luz para tu casa. ¡Aprovéchalas! Puedes intensificar la luz que entra por ellas creando contraste. ¿Cómo? Pinta las carpinterías de las ventanas de blanco y la pared de un tono más oscuro.
Aunque por regla general los marcos de las puertas y ventanas deben tener el mismo tono de color de las paredes para dar una sensación de continuidad y agrandar los espacios, eso no está reñido con el contraste aconsejado en el párrafo anterior. Siempre se pueden utilizar distintos recursos en cada estancia, todo es cuestión de analizar qué conviene más en cada una.
Pinta los muebles
Volvemos al blanco. Pero esta vez para los muebles. Ya se sabe: lo mejor para pisos pequeños son los muebles blancos. Si tus muebles son de otros colores quizá podrías plantearte pintar algunos de blanco.
Una idea: restaura algunos de tus muebles con un acabado blanco decapado y combinalos con otros muebles nuevos en blanco satinado.
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